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El último V12 de Rolls-Royce será un coche de colección

Solamente habrán 12 unidades para el último V12 de Rolls-Royce antes de su transformación a la era eléctrica.

El último V12 de Rolls-Royce ya tiene nombre. Rolls-Royce Black Badge Wraith Black Arrow será un modelo extremadamente exclusivo con tan solo 12 ejemplares para todo el mundo. Servirá como testimonio a uno de los récords más importantes en la historia de la marca así como uno de los últimos grandes pasos antes de su transformación eléctrica. Pero su motor V12 no será el único atractivo para el que será uno de los más importantes objetos de colección a futuro.

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El último V12 de Rolls-Royce es un homenaje

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Este modelo se realizó en honor a un coche con un motor V12 de Rolls-Royce que consiguió lo impensable en 1938. En el salar de Bonneville en Utah y comandado por el Capitán George Eyston, un modelo Rolls-Royce marcaría el récord de velocidad en tierra con un registro de 357 kilómetros por hora.

Para marcar este épico logro, la marca quiso distinguir de manera especial al vehículo. En primer lugar observamos una pintura degradada exclusiva para este modelo. Llamados “Celebration Silver” y “Black Diamond”, esta pintura bitono genera un efecto visual único que le toma a los artistas Bespoke alrededor de 12 horas de trabajo manual para conseguir. Es simplemente el trabajo de pintura más complejo en la historia de la firma.

Asimismo, para contrastar brutalmente al exterior, el fabricante adaptó un interior igual de llamativo. Notarás la inclusión de madera llamada Black Wood inspirada en el Salar de Bonneville, un desierto de sal de 260 kilómetros cuadrados en donde se consiguió el récord de velocidad. Pero sin lugar a dudas el máximo contraste viene de sus asientos de piel en “Bright Yellow”. Este color chillante también está presente en insertos del parachoques y el radiador en el motor.


Placas y detalles conmemorativos

El último V12 de Rolls-Royce tenía que ser un coche especial. Por ello, Rolls-Royce Black Badge Wraith Black Arrow incorpora un récord sensacional. El techo del vehículo incorpora 2,117 “estrellas” de fibra óptica para imitar el cielo nocturno, el número más grande hasta ahora en un coche de la marca. Cada estrella se coloca a mano, imitando a la Vía Láctea en un espectáculo sensacional.

Otro gran detalle que podrás encontrar al interior del coche es en referencia al Thunderbolt, el vehículo de la marca que marcó el récord de velocidad en Bonneville. Podrás ver un reloj análogo con un estilo de la década de los 30 en el interior con agujas negras que imitan la estética del coche original.

Y como detalle final, la firma de origen británico ha colocado una placa conmemorativa sobre el motor con la leyenda “Final Coupé Collection”. Esto marcará para siempre un modelo que dentro de unos años tendrá un valor posiblemente impactante. Después de todo, estamos hablando del final de una era en Rolls-Royce.


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