La variante ómicron del cornavirus prendió las alertas en el mundo por su mayor capacidad de contagio, tan sólo en México el martes se registraron 15 mil 184 casos, una de las cifras más altas en la temporada invernal del país; sin embargo, esto podría ser la transición de la fase pandémica a la endémica, es decir, a convivir con esa mutación como se hace con otros virus.
Esto lo consideró Francesco Le Foche, inmunólogo del Policlínico Umberto I de Roma, en entrevista con el periódico El Mundo, en donde explicó que “el virus que se replica en las primeras vías respiratorias, es mucho más contagioso, pero alcanza menos profundidad y por tanto es menos patógeno”.
Además, las personas que tienen el esquema completo de vacunación, así como a quienes se les aplicó un refuerzo, tienen un sistema inmunológico sano, en caso de contagiarse, tiene síntomas leves de la enfermedad”.
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El especialista consideró que podría ser en dos o tres meses, debido a la variante ómicron, que se llegará a la transición de la fase pandémica a la endémica para convivir con el virus, pero sin relajar las medidas sanitarias.
Al ser cuestionado sobre si es necesario seguir con la vacunación, expuso que la nueva variante ha sido más contagiosa, pero sin causar síntomas graves ni disparar la cantidad diaria de decesos, los que se presentan sobre todo en personas no vacunadas o con defensas comprometidas, dijo que la vacunación no debe detenerse, sino acelerarse.
“Es necesario seguir con la vacunación porque se corre el riesgo de sobrecargar el sistema de salud. La vacuna es segura, no produce efectos secundarios importantes y protege contra los casos más graves de la enfermedad y, en menor medida, también contra el contagio. Si logramos llegar a la primavera habiendo vacunado al 93-95 por ciento de la población, entonces realmente podremos entrar en una nueva fase en la que con las medidas adecuadas podremos vivir en paz con el virus”.
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Pero dejó en claro que aún es pronto para saber si las medidas de distanciamiento social tienen que ser abandonas.
Francesco Le Foche también consideró que es una decisión política vacunar o no a toda la población; destacó que gracias a las vacunas algunas enfermedades casi han podido ser erradicadas, como la hepatitis B o la tos ferina.
Finalmente, se manifestó por insistir en la vacunación de los niños entre cinco y 11 años, aunque hay pocos casos graves en este sector de la población, algunos tienen “predisposición a desarrollar una enfermedad inflamatoria o con factores de riesgo aún no clínicamente evidentes y que se encontrarían, en caso de contagio, a una patología importante. Por ello, por su seguridad, los niños deben ser vacunados”.
