Nacida en Glenwood Springs, Colorado, Estados Unidos, pero mexicana de corazón, Sarah Schleper aspira en Beijing 2022 a darle su primera medalla a nuestro país en unos Juegos Olímpicos de Invierno.
Con 42 años de edad ha participado en cinco justas olímpicas en la rama del esquí alpino, cuatro con EU y una con México, y a tan sólo un par de semanas de que inicie la justa invernal en tierras chinas, la esquiadora naturalizada mexicana nos platicó cómo va su preparación y cuál es su sentir de volver a portar los colores de nuestro país por segunda ocasión.
¿Cómo va el entrenamiento de cara a los Olímpicos de Beijing 2022?
—A pesar de la pandemia por el Covid-19 en todo el mundo, no me encuentro en mi mejor momento, pero trato de estar al 100% en mi preparación para los Olímpicos de Beijing. Me encuentro entrenando en los Alpes italianos, un lugar muy frío que me ha ayudado a que mis vueltas sean más rápidas y perfectas con mis esquíes para así lograr una buena posición.
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¿En qué ha cambiado Sarah del 2018 a la de 2022?
—Desafortunadamente en Pyeongchang 2018, las cosas no salieron bien como yo esperaba, sufrí una caída en el inicio del segundo descenso en la prueba del Slalom Gigante Femenil debido a que se me safó el esquí, eso me decepcionó mucho; sin embargo, en estos cuatro años me he preparado mejor y he estudiado bastante junto a mi equipo en cosas que estaba haciendo erróneas sobre la nieve.
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¿Cuál es el factor determinante en ti para seguir compitiendo a los más de 40 años?
—Desde niña me ha gustado el deporte, nací para esquiar, competir sobre la nieve, patinar en hielo, es mi vida y eso ha sido determinante en mí para estar en otros Juegos Olímpicos, ahora los segundos con México, un país que amo muchísimo.
Naciste en EU, pero tú corazón es de México, ¿cómo te has adaptado a ser mexicana?
—Mi esposo es mexicano, lo conocí en 2007 en mi pueblo natal donde van muchos mexicanos a patinar. Se dio el flechazo gracias a su abuelo, logramos procrear a nuestro hijo Lasse e hija Resi, mi gran familia mexicana (ríe). Cada que podemos vamos a la Ciudad de México y es ahí donde más disfrutó porque me gusta la cultura, la gastronomía, sus paisajes, todo. Cuando me retire me gustaría vivir para siempre en México.
¿Cómo ha sido el apoyo de tu familia, de tu esposo y tus dos hijos?
—Muy buena, de hecho, actualmente funjo de entrenadora de mi hijo Lasse, tiene 14 años y muy pronto va a competir en Italia, espero que le vaya bien. Haré todo lo necesario para que él represente a México en unos Olímpicos de Invierno más adelante, al igual que yo. Mi esposo apoya esa idea, mientras nuestra hija va empezando a agarrar el gusto por el deporte.
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Serás abanderada junto a Donovan Carrillo en Beijing, ¿cuál es tu opinión sobre él en el patinaje artístico?
—Me encanta ver a Donovan en la pista de hielo, es un ángel, tengo muchas esperanzas en que le vaya bien, espero que consiga un buen lugar, y ¿por qué no?, que logré su sueño olímpico de ganar una medalla. Por otra parte, me es imposible ir a la ceremonia de abanderamiento en la Ciudad de México por el tema de la pandemia; sin embargo, el día de la inauguración entraremos juntos al estadio izando con orgullo la bandera de nuestro país.
¿Con esta justa serán seis ediciones en las que participas, serán tus últimos Juegos Olímpicos de Invierno?
—Aún tengo la intención de competir en unos Juegos más, además mi hijo Lasse tendría la edad suficiente para competir. Si pudiéramos competir juntos, sería la mejor manera de terminar mi carrera y la mejor para que empiece la de él.