Los ánimos y las tensiones entre un grupo de aficionados de los Rayados de Monterrey llegaron a un punto álgido en la crisis de resultados que vive el equipo norteño, al encarar a los futbolistas a las afueras del Barrial impidiéndoles el paso, obligando a hablar a varios de ellos.
Jugadores como Rogelio Funes Mori y Jesús Gallardo se negaron a darles declaraciones al grupo de hinchas que lo estaban encarando, sin embargo, Esteban Andrada, Maximiliano Meza, así como Sebastián Vegas trataron de calmar a los fanáticos que se dieron cita a protestar.
Posteriormente, uno de los jugadores más atacados por la afición, Rodolfo Pizarro, fue recibido con huevos, unos fueron aventados cerca de la camioneta en la que se transportaba, y un par fue colocado en el cofre del vehículo en clara señal de inconformidad por el rendimiento mostrado por el mediocampista, al cual señalaron que solo llegó a bailar en lugar de jugar.
Ante esto, el jugador accedió a dar declaraciones y respondió que solo tiene tres partidos en su regreso con el equipo regiomontano y que la afición es muy cambiante en la mentalidad hacia los jugadores.
“Cuando entre en el partido contra Cruz Azul según la afición era el mejor, ahora por tres partidos ya soy el peor, aquí en un año y medio gané tres campeonatos, tampoco es para que me digas que solo vengo a bailar” expresó Pizarro.
La armonía entre la afición y el equipo están rotos, y solo los buenos resultados en cancha harán que las aguas se calmen en la Sultana del Norte, de lo contrario, la amenaza de la hinchada albiazul es aumentar la presión y las protestas hasta no ver un cambio de fondo con el Monterrey.