Desde su llegada a México, las barras bravas en el futbol mexicano han representado severos problemas para la Liga MX. El último de ellos, la violencia desmesurada que se vivió en el Estadio Corregidora y que provocó indignidad en todo el país.
Ante esta situación, Mikel Arriola, presidente de la liga, anunció que desde hoy las barras de los equipos visitantes no acudiran a los estadios para evitar este tipo de problemas; sin embargo, no se ha dado un veredicto sobre la eliminación de los grupos de animación en el balompié nacional.
Este problema, representa algo similar a los hooligans, un anglicismo que se usó en el futbol inglés para reconocer a los grupos de animación, los cuales tenían una pasión exacerbada sobre el futbol realizando actos violentos y vandálicos hacia los grupos rivales.
La era de los hooligans llegó a su fin hasta que tocaron fondo con las tragedias de Heysel, Bélgica, en 1985 donde hubo 39 muertos y de Hillsborough, Inglaterra, en 1989. Esta útlima con 96 víctimas mortales.
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Las autoridades de aquel país entendieron que este problema era un tema sociocultural y no solo de futbol, por lo que se tomaron medidas rigurosas para que éste tipo de acciones no se volvieran a presentar.
Primero, se comenzó por vetar de por vida a los líderes de las barras. El gobierno inglés, comenzó a tener mayor control sobre los estadios de futbol y se encargó de que ningún asistente estuviera envuelto en problemas legales o situciones que incitaran a la violencia, pues ello no solo representaría el veto, también, penas de cárcel.
Estas medidas se implementaron no solo en los estadios, si no en cualquier lugar. Es decir, si las autoridades econtraban a un hooligan o un grupo de éstos en cualquier negocio comercial o cualquier tipo de transporte, las empresas involucradas serían sancionadas económicamente.
Asimismo, se crearon grupos policiacos de élite que se infiltraron en los grupos de animación. Con ello, se pudo dar sentencia a por lo menos 35 líderes de barras y se inició un proceso judicial contra al menos 5 mil integrantes de las barras bravas.
También, se recurrió a la tecnología para el uso de cámaras alrededor de los estadios y un acceso contralado con numeración de butacas para saber exactamente quién estaba sentado en cada lugar.
La erradicación de los hooligans, también fue algo que afectó a los 92 clubes asociados a la Federación Inglesa; sin embargo, el gobierno les otorgó créditos para que éstas medidas no les afectaran en lo económico, además de la petición por innovar sus inmuebles.
Hoy en día, los hooligans desaparecieron y la Premier League es una de las mejores ligas del mundo, donde se suele ver a aficionados disfrutando del futbol sin problemas de violencia, o por lo menos tener un control sobre ella.