Se firmó una de las grandes sorpresas del año. El Villarreal eliminó al todopoderoso Bayern Múnich en los cuartos de final de la Champions League, tras empatar 1-1 (2-1 global) en la Allianz Arena de Alemania.
En un encuentro en donde el Bayern Múnich mostró una cara poco antes vista, fue el Submarino Amarillo quien superó, nuevamente, el papel de víctima y se instaló en la antesala de la gran final.
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A pesar del apoyo de un Allianz Arena que estaba a reventar, el Bayern Múnich no fue ni la sombra de lo que ha mostrado en la Bundesliga, teniendo fallas constantes y sin poder descifrar el muro amarillo que plantó Unai Emery en el encuentro.
Con un planteamiento defensivo, el Villarreal cortó los circuitos del gigante bávaro, dejando sin balones a Robert Lewnadowski durante los primeros 45 minutos.
En la segunda parte, un error de los españoles en medio campo le dio entrada a Lewa, que disparó entre dos defensores, y de forma dramática, anotó el tanto que igualaba el marcador global, al minuto 51.
El ambiente permitía pensar que la aplanadora alemana despertaría con esta anotación y se llevaría el boleto, pero el concierto de fallas fue clave en la escuadra bávara.
Ni la presión del juego ofensivo, ni la del estadio fue suficiente para quebrar al Villarreal, que fue paciente y consiente de lo que se estaba jugando.
Y con un poco de fortuna, un nuevo error en la mitad de la cancha y un contragolpe letal, le permitió a Samuel Chukwueze vencer a Manuel Neuer, en una imagen poco vista, con un Bayern completamente derrotado, y un Allianz Arena que se quedó mudo.
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Ahora el Villarreal se vuelve a instalar en unas semifinales de Champions League desde el 2005-2006, cuando cayó de manera dramática ante el Arsenal inglés.
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