El que gana es el que goza y el Eintracht Frankfurt amaneció feliz, luego de coronarse campeón de la Europa League, venciendo por penales al Rangers de Glasgow, el conjunto alemán no se cambia por nadie, sabiendo que valió la pena el esfuerzo. Todo valía en pro del título continental.
Los jugadores se dejaron la vida en el campo. No solo Rafael Santos Borré, héroe de la final anotando el gol del empate y marcando el gol decisivo en la tanda de penales, sino también sus compañeros. Entre ellos el capitán Sebastian Rode, quien al minuto diez debió ser atendido por un corte en su cabeza.
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Sin querer, el centrocampista del equipo escocés, John Lundstram terminó cortándole la cabeza con sus taches, en una pelota dividida. Los médicos necesitaron de seis minutos para ponerlo en condiciones de continuar, vendándole toda la cabeza que botaba sangre a chorros. Rode permaneció los 90 minutos regulares en cancha, abandonando el juego antes del tiempo suplementario.
Luego, aún sangrando, el capitán volvió para levantar el trofeo que lo acredita como campeón. La herida seguía abierta y sabía que después del festejo debía pasar por el quirófano. Cuando lo hizo, el alemán decidió subir a las redes sociales una foto de su herida, bastante escabrosa.
Debe ser la herida más deliciosa en la carrera del alemán, quien supo ser campeón con el Borussia Dortmund años atrás. Con la conquista de la Europa League, Eintracht Frankfurt se ganó el derecho a participar de la próxima Champions League, siendo incluso cabeza de serie. Las Águilas no juegan la Copa de Europa desde hace 62 años, edición en la que fueron subcampeones, perdiendo la final con el Real Madrid.
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