El ucraniano Vasyl Lomachenko volvió a quedarse cerca del campeonato indiscutible de peso ligero, luego de caer por decisión unánime (aunque controvertida) ante el estadounidense Devin Haney.
Luego de una intensa pelea realizada en el MGM Grand, de Las Vegas, Nevada, el ucraniano sufrió el tercer descalabro en su carrera ante un joven estadounidense, una respuesta que la afición desaprobó.
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Tras la función y previo a la conferencia de prensa, Lomachenko, considerado uno de los mejores boxeadores de su generación, fue captado en un emotivo momento con su equipo.
Sin decir nada, Loma no pudo contener las lágrimas y mostró su tristeza tras no poder llevarse la mano en alto en la pelea estelar. Momentos después, un integrante de su equipo cubrió el rostro del ucraniano con una toalla.
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Luego de la decisión, Lomachenko no quiso arremeter contra los jueces, aunque si dejó un contundente mensaje. “Todo el mundo vio lo que pasó”. Luego, explicó el momento en que se rompió emocionalmente. “Me acordé de mi hijo, que me llamó siete veces y me decía ‘y el nuevo, y el nuevo’. Y en ese momento recordé que me dijo eso y fue duro para mí”.
El representante de Lomachenko dijo que tenían previsto apelar la decisión. “El mayor robo a plena luz del día. El equipo de Haney tuvo las navidades en verano”, dijo Egis Klimas. “Vamos a apelar la decisión. Esos jueces no entienden cómo de duro trabajan los boxeadores. Garantizo que no lo vamos a dejar estar. Queremos que se vea que tiene que haber justicia.
Haney mejoró a 30-0. Lomachenko, de 35 años, empeoró su registro a 17-3.