Sevilla se consagró por séptima ocasión como campeón de la Europa League después de vencer a la Roma en una dramática final disputada en el Puskás Arena de Budapest, Hungría, la cual se tuvo que definir desde el manchón penal, puesto que en los primeros 90 minutos el juego terminó 1-1 y ya en la prórroga, ninguno de los dos equipos se hizo daño.
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El conjunto dirigido por José Mourinho fue el primero en romper las líneas y generar más peligro en los primeros minutos, por lo que un remate de pierna derecha por parte de Leonardo Spinazzola estuvo cerca de abrir el marcador, pero una atajada de Yassine Bounou ahogó el grito de gol.
La Loba continuó acechando el arco rival y finalmente vio recompensado su esfuerzo cuando Paulo Dybala recibió un pase filtrado de Gianluca Mancini y abrió el marcador al minuto 34 después de cruzar su disparo ante la salida del arquero marroquí.
Pese al gol en contra, Sevilla reaccionó y sobre el final del primer tiempo estuvo cerca de igualar la pizarra cuando Fernando Reges remató de cabeza dentro del área chica en un tiro de esquina, pero el balón se fue por encima del arco.
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Incluso, en la siguiente jugada Ivan Rakitic sacó un disparo de larga distancia que se estrelló en el poste, por lo que el marcador terminó 1-0 después de 45 minutos.
Ya en la segunda mitad, el cuadro andaluz continuó con la misma inercia en búsqueda de encontrar el gol del empate, mismo que consiguieron gracias a un autogol de Gianluca Mancini tras un centro de Jesús Nava al 54′ de juego.
Ya con el empate, el club italiano se vio obligado a atacar y estuvo cerca de recuperar la ventaja en un tiro libre, pero Roger Ibáñez no conectó de forma eficaz su remate.
Al minuto 75 el juego se vio envuelto en la polémica cuando el árbitro marcó penal para el club español por una supuesta falta sobre Lucas Ocampo; sin embargo, tras una revisión en el VAR, el juez central anuló la pena máxima.
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Tan solo cinco minutos después, una nueva polémica invadió el juego, pues los jugadores de la Roma reclamaron una mano de Fernando Reges dentro del área durante un centro de Nemanja Matić, pero el réferi no acudió al VAR, lo que desató la molestia de los jugadores y cuerpo técnico del equipo.
En los minutos finales, La Loba tuvo de nueva cuenta la oportunidad de recuperar la ventaja con un punterazo de zurda por parte de Andrea Belotti, pero Bounou alcanzó a desviar el esférico, y tras 90 minutos, el juego terminó empatado a un gol, obligando a los equipos a jugar la prórroga.
Ya en los tiempos extra, ninguna de las dos escuadras llegó con peligro y no hubo jugadas claras de gol, por lo que la definición del campeón tuvo que llegar desde los 11 pasos.
En la tanda de penales, Sevilla fue más certero al no errar un solo disparo, mientras que la Roma falló en dos ocasiones ante un Yassine Bounou que se vistió de héroe tras atajar dos penales.
De esta forma, el cuadro andaluz se proclamó por séptima ocasión como campeón de la Europa League y calificó de forma directa a la próxima edición de la Champions League, premio que otorga la UEFA al monarca del torneo.
