Hace 13 años cambió casi por completo la vida del futbolista paraguayo Salvador Cabañas tras recibir un disparo en la cabeza. La madrugada del 25 de enero del 2010, el entonces delantero del Club América fue agredido en área de baños del Bar Bar, un centro nocturno de la Ciudad de México.
Ha pasado el tiempo, ahora Salvador Cabañas se sienta en medio del patio de la casa de sus padres, ubicada en el barrio Sagrada Familia en Itagua, Paraguay, para charlar con Publimetro vía zoom.
A sus 42 años, el exfutbolista decidió alejarse un poco de las canchas de futbol para cambiarlas por escenarios de teatros, e incursionar como conferencista y está listo para regresar a México con Salvador Cabañas, una nueva oportunidad. Por el momento tiene una fecha en el país, pero espera que se sumen otras ciudades.
¿Por qué hacer tu propia conferencia de vida?
— Mira, la verdad después todas las cosas que había pasado, después el atentado y todo eso ya cuando me recuperé quise empezar a hacer esto; la verdad, me está yendo bien que es lo más interesante y trato de motivar a la gente, a los jóvenes para que sigan adelante siempre, de no frustrarse y seguir adelante que es lo más interesante. Lo que yo más comparto es saber motivarse y saber ir adelante, no caer nunca y ser fuerte en la vida.
“Voy a contar la historia de lo que he pasado a nivel deportivo y las cosas malas. Todas las preguntas las voy a estar respondiendo y ojalá que vayan a disfrutar conmigo y escucharme”
— Salvador Cabañas
¿Hay nervios al incursionar en una nueva “cancha”?
— Nervios yo no tengo... ¡Para nada! Estoy feliz de regresar otra vez a mi segundo país como digo siempre, porque mi primer país es Paraguay y mi segundo país es México. Contento por eso y si voy a regresar, voy a regresar con mucha ansias, ganas de compartir con la gente y disfrutar con ellos. Estoy contento de seguir siempre hablando con la gente, de motivar a seguir adelante y de no caer nunca. Estamos empezando a hacer esto de las charlas a los jóvenes para tratar de motivarlos y que sigan adelante en el deporte.
¿Sigues jugando futbol?
— Me encuentro muy bien, feliz, contento y disfrutando de la familia que es lo más interesante. También disfrutando el futbol, algunas veces hay juegos a nivel de amistades y comparto mucho en ese sentido, solo así.
¿A qué te dedicas en Paraguay?
— Estoy incursionando con las charlas en mi país y saliendo a otros países. Estoy en una empresa muy grande en Paraguay de venta de electrodomésticos, yo soy la imagen y viajo siempre con ellos.
¿Qué implica regresar a México?
— Muchos recuerdos muy lindos y bonitos, porque la he pasado casi toda mi vida ahí en México como un jugador. Regreso y quiero disfrutar con la gente que conozco y la que no conozco. Hay propuestas para más fechas en México y hay objetivos que queremos lograr, porque quiero estar con la conferencia en la Ciudad de México. Me pone más tranquilo y feliz estar de vuelta, porque he disfrutado a la gente que ha sido amable en todos los lugares. Por eso tengo un gran cariño a México, porque siempre me recuerdan mucho y me reconocen por ese sentido.
El futbol es un motor, ¿podrías pensar en ser asesor o director técnico?
— El futbol implica mucha pasión, porque es un deporte que me dio muchísimo. Siempre voy a estar agradecido al futbol, gracias a eso soy muy reconocido a nivel mundial. Ojalá pueda seguir adelante y hay que ver eso con mi representante, es el que maneja todo ese tema.
¿A qué se debe la baja de rendimiento en los delanteros extranjeros en México?
— Es difícil de decirlo, pero te voy a decir una cosa, lo que pasa es que los que llegan a México, pues siempre se van de un equipo chico o algo así para llegar a México y ya llegan con un cartel muy grande. Ellos ganan mucho dinero y todas esas cosas. Creo que se conforman con eso. Hay que cambiar muchísimo en ese sentido, de no darle mucho dinero a los jugadores ni nada de eso, pero darle lo justo y necesario para que sigan adelante. El reto es que quieran trabajar que no se conformen con lo que ganan.
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¿Qué beneficia más al futbol mexicano: la participación en torneos sudamericanos a nivel de clubes o de selección?
— Para mí si influye mucho y aparte es importantísimo porque tienen un cierto rasgo futbolero diferente a lo que es (…). Son importantes los torneos sudamericanos, por ejemplo los sudamericanos siempre queremos salir adelante, triunfar en Europa o México y todo eso. Por eso es importantísimo para nosotros los torneos internacionales, como la Libertadores y la Sudamericana. También pensar en algún momento de emigrar a México porque un un país muy grande que lleva muchos jugadores buenos y que su torneo es muy grande, así es que eso es importantísimo para un sudamericano o de otros países.
¿Sigues los juegos del América?
— Mira veo algunas veces, casi nada, casi no tengo tiempo porque tengo mucho trabajo. No tengo tiempo de ver los partidos, pero siempre estamos apoyando al club que es lo más interesante. Digo yo tuve muchos compañeros ahí que siguen siendo algo en esa institución y son muy grandes. Siempre voy a apoyar al América, como digo siempre, nunca voy a olvidar de dónde vine, porque el club me dio muchísimo a nivel deportivo y también yo a ellos, por eso siempre estoy a la zona para ellos.
¿Qué cambiarías del pasado?
— Solo cambiaría una cosa del pasado... no irme a ese bar que fui, solamente eso (suspiro). Después disfrutar de todas las cosas y disfrutar con mi familia que es lo más interesante.
¿Cuándo y dónde será su conferencia?
- 12 de agosto impartirá su conferencia en el Centro Cultural Constitución en Zapopan, Jalisco. Boletos de venta en boletomóvil.
Las claves en su carrera
Trayectoria. Salvador Cabañas Ortega es un exfutbolista paraguayo que se desempeñaba como delantero. Jugó y fue figura en varios equipos de Paraguay, Brasil, Chile y México. Fue internacional con la selección de futbol de Paraguay desde 2004 hasta 2010, con 44 partidos, marcando 10 goles.
Retiro. El cansancio y una bala incrustada en la cabeza, fueron algunas de las razones por las que Salvador Cabañas decidió no volver a jugar el deporte que tanto amaba, el futbol, luego del atentado que sufrió en el Bar-Bar de la Ciudad de México, un 25 de enero de 2010.