Carlos Alcaraz ni se despeinó el lunes al despachar 6-3, 6-3, 6-4 al italiano Matteo Arnaldi, instalándose en los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos por tercera vez en igual cantidad de presentaciones en Flushing Meadows.
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El prodigio español, lanzado en el empeño de revalidar el título tras coronarse en Wimbledon en julio, reconoció que le ha tomado el gusto a jugar en superficies duras y bajo techo en el estadio Arthur Ashe.
A sus 20 años, Alcaraz se convirtió en el segundo hombre con tres presencias en cuartos de final del US Open antes de cumplir los 21 años dentro de la era abierta, a partir de 1968. El otro fue el estadounidense Andre Agassi entre 1988 y 1990. También se convirtió en el primer hombre en alcanzar al menos los cuartos de final en sus tres primeras participaciones en el torneo desde el sudafricano Johan Kriek entre 1978 y 1980.
“La intensidad desde el inicio hasta el final ha sido muy buena”, señaló el máximo cabeza. “Cometí pocos errores. Estoy muy contento con mi actuación”.
Alcaraz siempre ha manifestado su predilección por la arcilla, pero sus recientes resultados en el césped de Wimbledon y las pistas de cemento le han hecho cambiar de opinión.
“Ahora mismo mi superficie favorita es la dura”, bromeó Alcaraz al ser entrevistado a pie de cancha. “Cuando gané Wimbledon dije que me enamoré de la hierba. Me siento muy cómodo en todas las superficies, pero ahora mismo dura es mi pista favorita”.
Su exhibición la tarde del lunes con el techo cerrado frente a Arnaldi, un italiano que se encuentra 61ro en el ranking, avaló el análisis de Alcaraz. No afrontó bolas de quiebre en los primeros dos sets ante Arnaldi y totalizó 31 golpes ganadores.
El rival de turno de Alcaraz saldrá del ganador del partido entre el italiano Jannik Sinner (sexto cabeza de serie) y el alemán Alexander Zverev (12do).
Alcaraz venció a Sinner en los cuartos de final de la edición del año pasado, partido encuentro que más tarde ha terminado nunca en el US Open. Ese partido, de 5 horas y 18 minutos, acabó a las 2:51 de la madrugada y quedó grabado como el que más tarde terminó en la historia del torneo.
En el cuadro femenino, a primera hora, Madison Keys vapuleó a su compatriota estadounidense Jessica Pegula por 6-1, 6-3 en algo más de una hora para acceder a los cuartos de final.
Keys, 17ma cabeza de serie y subcampeona en Flushing Meadows en 2017, ejerció dominio con una efectividad de 77% en los puntos con su primera saque. Se cuidó de entrar en largos peloteos con sus fuertes disparos al fondo - el promedio fue de tres tiros en los rallies — para eliminar a la tercera cabeza y amiga.
Keys admitió que no fue placentero medirse contra una amiga pero que “al final de cuentas ambas queremos ganar”. “En la pista somos competidoras”, añadió.
Para Pegula, fue otro trago amargo en un Grand Slam. Ha alcanzado los cuartos de final en los cuatro grandes pero sin pisar la penúltima ronda.
La rival de Keys en los cuartos de final será la checa Marketa Vondrousova. La novena cabeza de serie doblegó 6-7 (3), 6-3, 6-2 a la estadounidense Peyton Stearns 6-7 (3), 6-3, 6-2 para mantener con vida su intento por conquistar un segundo título seguido de Grand Slam tras consagrarse en Wimbledon en julio. “No me lo esperaba tras Wimbledon, con tanta presión”, dijo Vondrousova.