La mayoría de las futbolistas que formaron parte del equipo español campeón del Mundial decidieron poner fin al boicot a la Selección femenina en la madrugada del miércoles, gracias a la intervención del gobierno, que logró cerrar un acuerdo que se espera que genere cambios significativos en la Federación Española de Futbol.
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Las jugadoras, Patri Guijarro y Mapi León del Barcelona, optaron por abandonar la concentración en Valencia después de recibir garantías del gobierno de que no serían sancionadas, el resto de las futbolistas decidió quedarse al recibir el compromiso de que sus demandas de reformas serían atendidas.
Las futbolistas acudieron a la concentración, en contra de su voluntad, tras su inclusión en la primera convocatoria de la nueva seleccionadora, Montse Tomé. Esto marcó el último episodio de una crisis que afectó al futbol español luego de que el expresidente de la federación, Luis Rubiales, protagonizara un incidente en el que besó a Jenni Hermoso en los labios durante la ceremonia de premiación tras la Copa Mundial en Australia.
Los detalles precisos de los cambios acordados no se han hecho públicos, pero la presidenta del sindicato de futbolistas FUTRPO, Amanda Gutiérrez, destacó que se están dando pasos hacia un trato igualitario para las selecciones masculina y femenina.
El gobierno formó una comisión en la que participarán las jugadoras, la RFEF (la federación) y el gobierno, con el objetivo de promover avances en políticas de género, igualdad salarial y reformas estructurales en el futbol femenino.
A pesar de los desafíos, el ministro interino de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, expresó su esperanza de que estas reformas generen un ambiente en el que las jugadoras se sientan motivadas y felices para jugar y ganar.