El Santiago Bernabéu volvió a vivir una de las noches mágicas de la Champions League. Real Madrid recibió la visita del Unión Berlín en un duelo que levantó mucha expectativa por las realidades de ambos equipos. Por un lado, el cuadro más ganador e imponente de la competencia y frente a ellos, un equipo que jugaba por primera vez en la historia este certamen.
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Se esperaban muchas emociones para el encuentro, sobre todo por la actualidad y calidad que maneja el Madrid en su plantilla, pero contrario a los pronósticos, el cuadro Merengue no pudo contra la gran labor defensiva del Unión Berlín y terminó el juego con un amargo sabor de boca.
El juego inició con mucha intensidad por parte del cuadro blanco, que desde los primeros minutos se hizo con el poderío de la pelota y puso en complicaciones a al equipo alemán, que pacientemente esperaba el descuido de los españoles para ir al frente y buscar ofender a los locales.
Mencionar que dos de las figuras del Berlín fueron Bonicci y Ronnow, el defensa central y el guardameta se encargaron de intervenir en varias ocasiones para disipar las oportunidades de los Merengues, quienes a pesar de sus grandes individualidades no lograron mover las redes en la primera mitad.
Para la segunda parte, la presión de los Madrileños fue peor para la visita, pero la suerte jugó de su lado e hizo que dos de los acercamientos más importantes de los Merengues se estrellaran en los palos. En primera instancia Rodrygo al 51′, y luego Joselu al 63′.
El juego siguió la misma línea y cuando parecía que se cerraba con un empate sin goles, en un tiro de esquina el Real Madrid sorprendió con un cobro rápido que terminó en una serie de rebotes en el área, mismos que dejaron a Jude Bellinham la posibilidad de rematar sin marca para hacer el único gol del encuentro al 94′.