El equipo mexicano Sub-17 sufrió una derrota aplastante ante Malí y quedó eliminado por un marcador de 5-0 en los octavos de final del Mundial de la categoría; una vez dominante en este torneo, el Tricolor ahora ha caído en picada, marcando un momento vergonzoso en su historia futbolística.
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Desde los primeros minutos, el equipo mexicano se vio sobrepasado, Malí anotó tres goles en los primeros quince minutos, dejando a los dirigidos por Raúl Chabrand en una posición insostenible; a pesar de ser un equipo que anteriormente se destacaba en estas competiciones, su defensa exhibió fragilidades evidentes en todo el torneo, en el que recibieron diez goles en cuatro partidos.
La falta de contundencia en el ataque también fue un problema recurrente para el equipo mexicano, con apenas dos tiros al arco en el partido contra Malí, y solo una victoria en cuatro partidos durante el torneo, México evidenció un bajo nivel de juego y una preocupante incapacidad para generar oportunidades de gol.
La derrota ante Malí no solo demuestra el declive del equipo mexicano Sub-17 en esta competencia, sino que refleja la crisis que atraviesa el fútbol mexicano en todas sus categorías. Desde la decepción en el Mundial de Qatar 2022 hasta la casi segura ausencia en la Copa América 2023, pasando por la ausencia en los Juegos Olímpicos de París 2024 y la incapacidad de clasificar en las categorías juveniles, México enfrenta un periodo complicado en el ámbito futbolístico.
