Tras los partidos de cuartos de final de la Concacaf Champions Cup y la “messimanía”, en la ciudad de Monterrey ya se respira el Clásico Regio que tendrá en realidades diferentes a los equipos regios. Por una parte Tigres llegará de capa caída tras su dolorosa eliminación en casa ante el Columbus Crew, mientras que los Rayados están con el ánimo a tope por su contundente victoria sobre el Inter de Miami de Lionel Messi.
La pandilla vivió este miércoles una noche de ensueño y su momento más dulce en años, la afición albiazul gozó en el Gigante de Acero como hace muchos años no lo hacía, mientras que en San Nicolás, la incertidumbre y las dudas inundan al equipo que no logra encontrar el ritmo futbolístico por ningún lado.
Tigres viene de una semana de pesadilla en el Volcán, el fin se semana pasado fueron goleados por el Pachuca y a mitad de semana el Columbus llegó a rematar las dudas y el mal accionar de los auriazules.
La presión en el equipo felino de lograr un buen resultado ante Rayados esta en su punto más alto, al no lograr el objetivo de llegar al Mundial de Clubes y marchar muy lejos del objetivo en liga. Tigres se ubica actualmente en la séptima posición y lejos de estar en los primeros cuatro lugares que era a misión en un comienzo de torneo.
Monterrey por su parte, ya tiene su boleto al Mundial de Clubes y se encuentra en semifinales de la Concachampions. Además, en liga se encuentran muy cómodos aún en el tercer lugar, a pesar de que han ligado dos derrotas en sus últimos dos partidos en este Clausura 2024.
Si bien, en un Clásico no importa como llegan ambos clubes, la realidad es que desde hace mucho tiempo el derbi regio no llegaba con tal contraste en muchos años.
