El caso de Nahuel Guzmán y su suspensión de 11 partidos por apuntar con un láser a al portero del equipo de Rayados, Esteban Andrada, durante el Clásico regio lo colocó entre las sanciones más severas en la historia del futbol mexicano; sin embargo, este no es el primer incidente que ha llevado a una sanción de tal magnitud en el balompié nacional.
A lo largo de la historia del futbol mexicano han existido escandalosos castigos, uno de los ejemplos más resonantes fue el del árbitro Fernando Hernández, quien en el torneo Clausura 2023 propinó un rodillazo al jugador de León, Lucas Romero. Este comportamiento antideportivo le valió una sanción de 12 partidos, convirtiéndolo en uno de los castigos más grandes impuestos a un silbante en la historia del futbol mexicano.
Otro caso emblemático fue el del estadio la Corregidora en Querétaro, que en 2022 se vio involucrado en una pelea campal durante un partido contra Atlas, lo que llevó a la máxima autoridad del futbol mexicano a imponer una sanción de un año sin jugar sus partidos de local con público en las gradas, además de encontrarse a la venta como equipo.
Otros jugadores fuertemente castigados
La lista de sanciones severas también incluye a jugadores destacados, como por ejemplo, Rubens Sambueza recibió una suspensión de cinco partidos por agredir al árbitro Román Rafael Medina durante su etapa con los Tecos.
En otro caso, Pablo Aguilar fue suspendido por 10 partidos por agredir al árbitro Fernando Hernández durante un partido de Copa MX entre Tijuana y las Águilas.
La agresión de Jesús Corona, exguardameta de Cruz Azul, al preparador físico del Morelia durante las semifinales del Clausura 2011, también resultó en una sanción severa de seis partidos de suspensión y su exclusión de la convocatoria de la Selección mexicana para la Copa Oro.
Estos son solo algunos ejemplos de las sanciones más graves en la historia del futbol mexicano, que van desde agresiones a árbitros hasta peleas en las gradas, reflejando la determinación de las autoridades deportivas en la lucha contra la violencia y el comportamiento antideportivo en el deporte más popular del país.