La CONMEBOL anunció este jueves que la Unidad Disciplinaria tomó la decisión de abrir un expediente de investigación para “dilucidar la secuencia de hechos y las responsabilidades de los involucrados” ante la pelea ocurrida en las gradas del Bank of America Stadium al finalizar la semifinal entre las selecciones de Uruguay y Colombia de la Copa América 2024.
“Ante los actos de violencia ocurridos al término del partido entre las selecciones de Uruguay y Colombia, la Unidad Disciplinaria de la CONMEBOL ha decidido abrir un expediente para dilucidar la secuencia de hechos y las responsabilidades de los involucrados”, declaró la federación.
Tras el partido que finalizó 1-0 con la victoria de Colombia sobre Uruguay, Darwin Núñez y Ronald Araújo cruzaron hacia las gradas y se enfrentaron a golpes con aficionados colombianos, argumentando que estos habían agredido a sus familias.
En el momento en que el árbitro central pitó el final, se desató una trifulca en las gradas que involucró a aficionados de ambas selecciones y a familiares de los jugadores mencionados, quienes saltaron a las gradas para intervenir con golpes, lo que provocó que los actos violentos se propagaran rápidamente entre los asistentes.
“En vísperas de la final de nuestra Copa América, queremos ratificar y advertir que no se tolerará ninguna acción que empañe esta fiesta mundial del fútbol, en la que están involucrados los protagonistas y la afición que estará presente en el estadio, un evento seguido por cientos de millones de espectadores en todo el mundo”, informó el organismo.
“Es inadmisible que un incidente como el ocurrido en esta ocasión convierta la pasión en violencia. Por tanto, no se tolerará ninguna actitud que perturbe la competencia deportiva y el espectáculo más hermoso del mundo, que pertenece a toda la familia”, concluyó la CONMEBOL en su comunicado.
De acuerdo a los videos que circulan en redes sociales, Darwin Núñez fue quien atrajo a sus compañeros, quienes también participaron en la pelea, mientras que los aficionados alrededor arrojaban objetos y líquidos hacia ellos. Después de intercambiar varios golpes, la policía logró persuadir a los involucrados.