Los Juegos Olímpicos son sin duda el evento deportivo más importe del mundo. Su larga historia se ha encargado de emocionar a generaciones enteras con acontecimientos únicos; sin embargo, no todo ha sido bueno y momentos obscuros también han manchado la competencia paralizando completamente al deporte.
En esta sección, en donde recordamos los acontecimientos que se robaron la atención del mundo durante una justa olímpica, desempolvamos aquella noche en la que un ataque terrorista palestino se adueñó de la Villa Olímpica durante 21 horas y dejó 11 atletas de Israel muertos.
¿Qué paso en los Juegos Olímpicos Múnich 1972?
Durante la madrugada del 5 de septiembre de 1972, luego de 10 días de haber iniciado la competencia, ocho personas del grupo terrorista palestino que se hacía llamar ‘Septiembre Negro’, se infiltraron en la Villa Olímpica haciéndose pasar por atletas y cargando armas en una bolsa deportiva, dispuestos a tomar el edificio 31 de la Connolly Strasse.
Las primeras víctimas fueron un atleta y un entrenador de lucha de la delegación israelí, quienes intentaron impedir el ingreso de los terroristas sin éxito, pero dando el tiempo necesario para que 9 deportistas de su misma nación escaparan.
Al ingresar a los dormitorios, 9 atletas fueron capturados y convertidos en rehenes. El grupo palestino presentó sus exigencias a las autoridades en las que solicitaba la liberación de 236 presos palestinos en cárceles de Israel.
Lo sorprendente fue que las exigencias fueron rechazadas por el gobierno de Israel y, por el contrario, las autoridades alemanas intentaron negociar ofreciendo dinero por los atletas, algo que fue rechazado por los terroristas. Sumado a ello podemos agregar que la actividad deportiva no se detuvo hasta 12 horas después de comenzado el suceso.
Las negociaciones estancadas hicieron que los terroristas solicitaran un avión para volar a Egipto con los atletas, algo que fue aceptado por las autoridades con la intención de acorralarlos en el aeródromo Fürstenfeldbruck.
Los protagonistas llegaron repartidos en dos helicópteros listos para subir al avión, al mismo tiempo, cinco francotiradores esperaban la señal para abatir a los terroristas; sin embargo, su inexperiencia determinó el rumbo gris de la operación.
El grupo palestino entró al avión en donde se suponía habría 6 policías disfrazados de sobrecargo, pero al verlo vacío sospecharon de una trampa y corrieron al helicóptero. En ese momento el fuego se abrió y en la desesperación los palestinos lanzaron una granada a uno de los helicópteros asesinando a cuatro atletas y finalmente disparándole al resto.
Con un saldo de 11 israelíes, 5 secuestradores y 1 policía fue que terminó la pesadilla de 21 horas en Múnich. La delegación de Israel abandonó la justa al día siguiente y la actividad deportiva solo se detuvo por 24 horas.