En los Juegos Olímpicos de París 2024, las estrellas no solo brillaron en las pistas, piscinas y campos de competición. Algunos de los protagonistas más tiernos y adorables fueron, sorprendentemente, los bebés de los atletas, quienes también se ganaron un lugar en el corazón del público y las redes sociales.
Uno de los momentos más entrañables lo protagonizó el golfista estadounidense Scottie Scheffler. A sus 28 años, Scottie no solo llegó a París para competir, sino también para compartir esta experiencia con su familia. Fue visto en el público, animando al equipo de gimnasia femenino de Estados Unidos junto a su esposa, Meredith, y su hijo de apenas dos meses, Bennett.
Bebés que se roban el show en los juegos olímpicos, los atletas más cerca que nunca de sus hijos
Otro ejemplo conmovedor es el de la maratonista Aliphine Tuliamuk. Durante los Juegos de Tokio 2021, Tuliamuk enfrentó el desafío de competir y al mismo tiempo cuidar a su hija Zoe, de seis meses. Separada de su bebé durante las competiciones, Tuliamuk compartió las dificultades de amamantar y estar lejos de su hija.
En respuesta a experiencias como la suya, los organizadores de París 2024 han creado espacios dedicados para niños en la Villa Olímpica, permitiendo que las madres lactantes puedan estar cerca de sus hijos mientras compiten. Las historias de atletas que compiten mientras están embarazadas también han capturado la atención.
La esgrimista egipcia Nada Hafez, embarazada de siete meses, compitió en París y compartió una emotiva foto en Instagram, revelando que había estado compitiendo por dos. Similarmente, la arquera azerbaiyana Yaylagul Ramazanova, embarazada de seis meses y medio, también participó y expresó la emoción de sentir a su bebé patear antes de disparar una flecha.
La paternidad se apodera de los Juegos Olímpicos París 2024
Estas historias no solo destacan la determinación y el espíritu de los atletas, sino también el amor y la dedicación hacia sus familias. Los bebés y futuros bebés de estos competidores se han convertido en símbolos de esperanza y fortaleza, recordándonos que detrás de cada medalla y récord, hay historias personales llenas de ternura y sacrificio.
En los Juegos Olímpicos de París 2024, estos pequeños también se han convertido en verdaderas estrellas y nos hacen recordar que detrás de la fuerza, resistencia, velocidad y precisión de los atletas olímpicos hay personas con familias y pañales por cambiar.