El indiscutible rey del boxeo, Saúl “Canelo” Álvarez, sorprendió al mundo deportivo al revelar un nuevo aspecto de su preparación: la meditación, más allá de los rigurosos entrenamientos físicos y la estrategia en el ring, el campeón mexicano ha encontrado en la serenidad mental una poderosa herramienta para alcanzar la excelencia.
¿Cuál fue la confesión de Saúl Álvarez?
“Desde diciembre pasado, empecé a meditar y fue increíble. Es algo que te mantiene en calma, te escuchas a ti mismo, estás en paz y aprendes muchísimo”, confesó Canelo.
Esta práctica, lejos de ser una moda pasajera, se convirtió en un pilar fundamental en su vida, ayudándole a controlar la ansiedad, mejorar la concentración y encontrar un equilibrio emocional que trasciende el cuadrilátero.
La decisión de incorporar la meditación a su rutina surgió de la necesidad de encontrar nuevas herramientas para enfrentar los desafíos de una carrera en la élite del boxeo, el ruido mediático, la presión de las expectativas y la constante búsqueda de la perfección pueden generar un desgaste mental significativo. La meditación se ha convertido en un refugio para Canelo, un espacio donde puede desconectar, recargar energías y conectar consigo mismo.
“Antes oía corridos y mariachis y me sigue gustando esa música, pero por ahora escucho más ópera, más indie y música tranquila, de amor”, reveló Álvarez, este cambio en sus hábitos, tanto en la alimentación como en la elección de la música, refleja una búsqueda de armonía y equilibrio en todos los aspectos de su vida.
La serenidad que proyecta Canelo en la previa de sus peleas es un claro reflejo de los beneficios de la meditación, el boxeador jalisciense demostró que es posible combinar la ferocidad en el ring con una gran tranquilidad fuera de él.
La meditación no solo mejoró el rendimiento deportivo de Álvarez, sino que también le permitió desarrollar una mayor conciencia de sí mismo y de su entorno, el campeón mexicano encontró en esta práctica una herramienta invaluable para enfrentar los desafíos de la vida y alcanzar un mayor nivel de plenitud.
