La Selección Mexicana parece haber agotado su crédito con la afición en Estados Unidos, ya que desde los partidos correspondientes a la Copa América, en donde los resultados no fueron ni de cerca los esperados, el flujo en las entradas de los encuentros se vio disminuido.
Ahora, en los primeros compromisos del proceso de Javier Aguirre, el desinterés parece estar en su punto más alto, vaciando los estadios de forma insólita. El inicio de este abandonó se pudo ver en el primer partido de la Fecha FIFA ante Nueva Zelanda con la pobre entrada de 17 mil 300 aficionados en el Rose Bowl, con capacidad para 92 mil 600 espectadores.
Tras aquel encuentro, la siguiente parada del Mextour llevó al Tricolor al AT&T Stadium de Arlington para enfrentar a Canadá. Lamentablemente, la pesadilla se mantuvo y de forma sorpresiva el estadio lució vacío en una plaza donde México se había acostumbrado a abarrotar.
Distintos videos en redes sociales mostraron el momento en el que aficionados eran cuestionados por la triste asistencia al inmueble, todos coincidiendo en que se debía a que los malos resultados del combinado azteca orillaron a los mexicanos a dejar de comprar boletos para los partidos como muestra de su descontento.
Golpe para la Federación Mexicana de Futbol
Destacar que la falta de asistencia de los aficionados representa uno de los golpes más duros para la Selección Mexicana. Los organizadores de los partidos amistosos han convertido a Estados Unidos en una mina de oro, aprovechando la gran afluencia de mexicanos en estos encuentros como una forma de sentirse más cerca de su país.
Un informe realizado por Los Angeles Times fue el que reveló que, por partido, la FMF se embolsa aproximadamente 9 millones de dólares, razón por la que hace muchos dejaron de lado los duelos amistosos en territorio nacional.
Sin embargo, los resultados recientes no han sido favorables, y como consecuencia, la falta de apoyo coloca a la Selección Mexicana en una situación similar a la que enfrenta en su propio país. Esta tendencia solo podría revertirse con mejoras en el rendimiento, algo en lo que deben enfocarse, considerando que su contrato con SUM, la empresa organizadora, finaliza en 2028.
