Este 26 de septiembre se cumplen 10 años de la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Rural de Ayotzinapa Raúl Isidro Burgos, en la ciudad de Iguala, Guerrero.
Desafortunadamente, en aquella noche trágica, no solo los estudiantes fueron las víctimas, ya que los jugadores del equipo de Tercera División Profesional, Avispones de Chilpancingo, fueron balaceados mientras regresaban a la capital del estado de Guerrero, tras vencer 3-1 a Iguala FC en el juego inaugural de la liga. ¿La razón? los agresores pensaban que ahí viajaban los normalistas de Ayotzinapa.
Como resultado de este ataque, el futbolista David Josué García Evangelista, conocido como “El Zurdito”, de tan solo 15 años de edad, perdió la vida tras ser alcanzado por las balas. Además, el chofer de aquel autobús, de nombre Víctor Lugo Ortiz, también falleció y otros 13 jugadores resultaron heridos.
“No comparto eso de víctimas colaterales porque está muy claro que el ataque fue directamente a ellos también. Nuestras vidas ya no son las mismas, que recuerden que nosotros también fuimos víctimas”, señaló a N+ Roberta Evangelista, madre del Zurdito, exigiendo justicia por la muerte de su hijo.
¿Qué pasó con los futbolistas?
A 10 años de aquella trágica experiencia, desafortunadamente ninguno de los jugadores, que tenían entre 15 y 19 años de edad, logró trascender en el futbol profesional.
Sin embargo, no quedaron desahuciados, ya que de acuerdo con Jorge León Saenz, preparados físico de Avispones de Chilpancingo en aquel entonces, reveló recientemente en entrevista con El Sol de Acapulco, que todos los futbolistas que viajaron en dicho autobús, así como el cuerpo técnico, han recibido apoyo suficiente por parte del gobierno para reparar los daños.
El regalo de una casa, así como pagos económicos, han sido parte de los apoyos más destacados. Asimismo, los jugadores recibieron becas para que pudieran estudiar en la escuela que ellos desearan. “Sé que algunos la aprovecharon, otros no”, mencionó León Saenz a la fuente antes mencionada.