En un fallo reciente, la jueza de arbitraje Ruth M. Moscovitch ratificó una sanción de cinco años para los directivos de Rimas Sports, la agencia de representación deportiva ligada al artista Bad Bunny, debido a múltiples violaciones en las reglas de la Asociación de Jugadores de Beisbol de las Grandes Ligas (MLBPA).
¿Por qué sancionaron a Bad Bunny?
Este castigo incluye a los directores Noah Assad, Jonathan Miranda y William Arroyo, quienes fueron vetados de sus roles de representación por ofrecer incentivos inapropiados a jugadores; como parte del fallo, la prohibición de Arroyo, el único agente de beisbol certificado en la empresa, fue reducida a tres años.
La sanción fue respaldada por pruebas presentadas por la MLBPA, entre las que se incluyeron incentivos financieros y regalos a jugadores no afiliados a la agencia, tales como un préstamo sin intereses de 200 mil dólares y obsequios valorados en 19 mil 500 dólares.
Moscovitch resaltó que estas acciones constituyen violaciones severas y múltiples de las normas de la MLBPA, destacó que se empleó a personal no certificado para el reclutamiento y negociación con jugadores, lo cual es ilegal según los reglamentos de la asociación.
En su declaración, la jueza subrayó que “estas violaciones son graves, tanto por la cantidad de infracciones como por el nivel de conducta indebida” y, aunque obsequios y préstamos pueden ser usuales en otras industrias, estas prácticas están estrictamente prohibidas en el ámbito de la MLB para proteger la integridad de las relaciones entre agentes y jugadores.
A pesar de estos señalamientos, Moscovitch reconoció que Arroyo enfrentaba una situación complicada, pues a pesar de su responsabilidad de supervisión sobre el personal, en realidad carecía de la autoridad necesaria para controlar las actividades de reclutamiento de la agencia.
Tras el fallo, los directivos de Rimas Sports no emitieron una declaración oficial, la sanción prohíbe cualquier tipo de colaboración futura entre los agentes certificados de la MLB y los miembros sancionados de la agencia, un duro golpe para la firma de representación en el mundo del beisbol.