Lo que debía ser una noche de fiesta y música en Santo Domingo terminó en una de las tragedias más devastadoras que recuerda República Dominicana, cuando el colapso del techo de la discoteca Jet Set no solo dejó más de 120 muertos y cientos de heridos, también golpeó de forma directa a una de las leyendas más grandes del beisbol mundial: Pedro Martínez.
El exlanzador y miembro del Salón de la Fama del Beisbol vive momentos de angustia y dolor; a través de un video publicado en sus redes sociales, Martínez confirmó que varios de sus familiares se encuentran desaparecidos tras el derrumbe ocurrido la madrugada del martes.

“Con el corazón destrozado quiero darles mis condolencias a todos y quiero dármelas yo también, porque tengo familia que todavía no ha aparecido, y la esperanza es lo único que podemos mantener ahora”, expresó el histórico pitcher dominicano, dejando ver el profundo dolor que atraviesa.
Martínez, nacido en Manoguayabo, a pocos kilómetros de Santo Domingo, se sumó al clamor nacional por encontrar a los desaparecidos y pidió a sus compatriotas no perder la fe: “Espero que todos sigan orando, como nos conocen en nuestro país, un país que ora mucho y que se mantiene unido”, añadió.
El trágico suceso puso de luto al deporte dominicano, entre las víctimas confirmadas están los exjugadores de Grandes Ligas Octavio Dotel y Tony Blanco, además de Nelsy Cruz, hermana del también beisbolista Nelson Cruz y gobernadora de la provincia de Monte Cristi.
Las imágenes de los funerales estremecieron al país. Decenas de personas vestidas de negro y blanco acudieron a despedir a Dotel, mientras figuras como David Ortiz, otro inmortal del béisbol, se hicieron presentes para acompañar a los familiares.

“Ha sido devastador, realmente ha entristecido al país, éste es un duelo nacional”, lamentó Danilo Díaz, exministro de deportes, al canal CDN.
La tragedia ocurrió en plena fiesta, cuando músicos, deportistas y funcionarios disfrutaban de un concierto de merengue. El polvo que comenzó a caer fue la antesala del horror. Minutos después, el techo entero colapsó, dejando una escena de caos, muerte y desesperación.