Para nadie es un secreto que los niños son complicados a la hora de comer, en especial cuando se trata de alimentos saludables como frutas y verduras. Y como la mayoría, los príncipes William y Harry también formaron parte de ese grupo. Sin embargo, la princesa Diana tenía un as bajo la manga para que tuvieran una dieta sana.

Si bien la princesa y chef real Darren McGrady encontraron formas creativas de hacer que sus hijos pequeños comieran alimentos saludables sin tener que rechistar mucho, Diana también recurrió a una curiosa práctica no muy típica de la realeza para cuando la situación de alimentar a sus pequeños se salía de control.

El secreto de Diana para alimentar de manera saludable a sus hijos

Tras el nacimiento del príncipe William en 1982 y el príncipe Harry en 1984, Diana quería que sus hijos tuvieran una dieta que nutriera sus cuerpos. Sin embargo, como la mayoría de las madres se dan cuenta, hacer que los niños coman verduras felizmente fue una tarea desalentadora.

Según los informes, Diana trabajó con McGrady para encontrar una manera de incorporar estas opciones más sanas en comidas, de modo que los pequeños disfrutaran el sabor de las verduras y los alimentos saludables, o que en su defecto no notaran que estaban mezclados en el plato, como el repollo en el puré de papas.

Sin embargo, cuando esto no funcionaba, McGrady comentó a la revista Hello que la princesa Diana tenía un pequeño secreto que consistía en “sobornar” a sus hijos con equilibrio en sus comidas.

Por ejemplo, una de las comidas favoritas de los chicos era su pollo asado con piel y macarrones con queso. Entonces, si los niños querían disfrutar de ese plato, ellos debían comer una pieza de brócoli por cada trozo de pollo que solicitaran.

¿Por que Diana se enfocaba tanto en una alimentación sana?

Después de superar la bulimia, enfermedad con la que la princesa luchó durante años, Diana comía una dieta saludable. McGrady comentó que sus comidas favoritas incorporaban verduras y proteínas magras. Según los informes, la princesa no comía carne roja y, ocasionalmente, solo cordero. La mayoría de los días, disfrutaba de proteínas como pollo, pescado o comidas a base de plantas.

La princesa quería que sus hijos siguieran este mismo régimen alimenticio. Ella tenía la esperanza de que esta exposición a varios ingredientes extravagantes fueran un elemento común para sus hijos, de modo que se pudieran deleitar con todo tipo de platos. Sin embargo, esta no siempre fue una tarea fácil.

McGrady declaró en una entrevista con el portal Today que él y la niñera de los niños trabajaron juntos para crear comidas agradables para el paladar.

“La guardería real no era solo para educar las mentes de los jóvenes miembros de la realeza, sino también para educar a sus paladares”, explicó. “La niñera siempre tuvo el control del menú y se aseguró de que degustaran comidas equilibradas que incluían no solo muchas verduras saludables, sino que también les presentaban nuevos platos para adultos”.

Diana tenía su lado permisivo

A pesar de su interés por los platos saludables, la princesa Diana también complacía a los pequeños príncipes con comida rápida en ciertas ocasiones. Disfrutaban de alimentos de la cadena de restaurantes McDonald’s, dijo McGrady. Sin embargo, no fue la comida lo que atrajo a los niños.

Cuando McGrady le informó a la princesa que podía cocinar hamburguesas y papas fritas para los niños, ella admitió que esa no era la razón por la que les gustaba la cadena de comida rápida. “Era el juguete lo que querían”, confesó el chef real al portal Today.

Los jóvenes príncipes también eran fanáticos de los sándwiches de mantequilla de maní y jalea. Este sabor se convirtió en un favorito de los pequeños que McGrady trataría de actualizar a una versión más saludable creando sabrosas golosinas como magdalenas para que los príncipes degustaran un postre más británico pero con un gusto similar.

Te recomendamos en video: