Vicente Fernández regresó a su hogar, no caminando como él lo hubiera querido, pero sí para encontrar el descanso eterno rodeado de lo que más quería. Al rancho Los Tres Potrillos, aún llegan seguidores de Estados Unidos y Colombia, para despedir -a su manera- al ídolo de la música mexicana, quien falleció el pasado 12 de diciembre en Guadalajara.
Las puertas de Los Tres Potrillos se abrieron, solo unos pocos pudieron ingresar para ser testigos de la última morada del intérprete de Acá entre nos.
Publimetro hizo el camino que recorrió la carroza fúnebre, el pasado domingo. Desde que se ingresa al rancho, se siente un ambiente diferente, de completa calma y tristeza; sobre todo, porque todavía se siente la fuerte presencia del Charro de Huentitán, que solía estar en la terraza de su casa o con sus caballos.
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La calle principal lleva el nombre Vicente Fernández, y conduce directamente a la casa de la familia, que se encuentra junto a la alberca en forma de guitarra.
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Cada paso acerca al corazón del rancho, es justamente, frente a la residencia Fernández-Abarca que se puso la tumba de Don Vicente, donde fue colocada una escultura con su figura arriba de un caballo.
Todavía las coronas rodean la tumba que está bajo un toldo y con una alfombra de pasto artificial.
Vicente Fernández ya descansa en casa y, desde ahí, recibe a todos los que ingresan a su hogar, como era su costumbre, de ponerse en la puerta para dar la bienvenida a familiares y amigos.
Vicente Fernández, “vive” en el restaurante Los Tres Potrillos
El restaurante Los Tres Potrillos, ubicado a un costado del ingreso del rancho, es como un museo de Vicente Fernández con cuadros, fotografías y algunos reconocimientos de su larga trayectoria. Además, su figura se encuentra al ingresar al restaurante para dejar un bonito recuerdo a todos los visitantes.
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