Aunque fueron muchas las celebridades presentes en la edición 55 del Super Bowl, Katy Perry fue una de las que no pasó desapercibido con su inigualable estilo.
Con un strapless drapeado color marrón y una cartera en forma de balón de fútbol la cantante de 37 años marcó tendencia nuevamente.
En esta oportunidad fue el diseñador australiano Alex Perry el encargado de vestir a la intérprete para el esperado evento de la Liga Nacional de Fútbol Americano.
Aunque en pocas ocasiones Katy ha elegido el marrón como color principal para sus atuendos, en esta oportunidad demostró una vez más que todo se trata de estilo. La pieza llamada “Huntley” resaltó la silueta de la cantante con pequeños frunces elaborados en tela elástica y largos guantes.
Con una abertura en la parte de la falda, el diseñador garantizó la movilidad y comodidad del elegante modelo valorado en aproximadamente 2 mil 400 dólares.
Por si fuera poco, la cantante le sumó un minaudière cubierto de cristales obra de la diseñadora estadounidense de origen húngaro, Judith Leiber que ronda los 4 mil dólares.
La lujosa pieza se ha convertido en toda una tradición para las artistas en el Super Bowl. Jennifer Lopez lució un modelo similar en tonos dorados y blancos en 2020 cuando se encargó del show de medio tiempo junto a Shakira.
Como complemento Tatiana Waterford -la estilista de Perry- le sumó un par de argollas plateadas y un anillo de cristal toi et moi que resaltaron sobre los guantes.
En cuanto al maquillaje eligió tonos tierras en sus ojos y toques rosa en sus labios y pómulos. Sin embargo, el estilismo de la cantante dio un aire aún más de frescura con un peinado de efecto mojado y hacia atrás.
Katy Perry en el Super Bowl 49
En 2015 la intérprete de “Hot n Cold” se adueñó del escenario del Estadio de la Universidad de Phoenix en Glendale, Arizona junto a Lenny Kravitz y Missy Elliot.
La actuación de Katy Perry se convirtió en la más vista con 118.5 millones de espectadores, seguida de Lady Gaga con 117.5, Colplay con 115.5, Bruno Mars con 115.3 y Madona con 114 millones.
Desde la imponente salida al escenario arriba de un león mecánico, la presentación de Katy se volvió inolvidable incluso para ella, ya que después de terminar el show se tatuó la edición el evento en números romanos como recuerdo de un gran momento.
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