La seguridad dentro de los centros penitenciarios es uno de los temas más importantes, ya que dentro de sus instalaciones hay personas que no temen realizar un acto que termine con la vida de uno de sus compañeros.
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Así lo demostró Jonathan Watson, quien es un preso condenado a cadena perpetua desde 2009, esta sentencia no le impidió acabar con la vida de otros dos hombres que eran acusados de cometer abusos sexuales contra menores.
Lejos de mostrar algún tipo de arrepentimiento, el hombre advirtió que lo volvería a hacer si le colocaban de compañero a una persona pedófila: “Son la pesadilla de cualquier padre”, afirmó.
Los hechos ocurrieron en una cárcel de California, Estados Unidos. Lugar donde se encontraban presos David Bobb, de 48 años, y Graham De Luis-Conti, de 62 años, quienes fueron condenados a cadena perpetua por agredir sexualmente a niños menores de 14 años.
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Antes del homicidio, Watson fue trasladado al centro penitenciario de California, donde pudo compartir celda debido a su buena conducta. Al saber que sus acompañantes eran dos pedófilos, pidió urgente un cambio de ubicación.
Jonathan, de 43 años, ya había avisado que les daría una paliza a sus compañeros si no era reubicado. Sin embargo, las autoridades se negaron a trasladarlo. Mientras que Bobb veía un programa de televisión infantil, Watson le dijo: “¿Realmente vas a ver esto delante de todos nosotros?”.
“Lo volvería a hacer” Acto seguido, tomó un bastón y lo golpeó hasta la muerte. Hizo lo mismo con De Luis-Conti, quien también era un traficante de menores. A los pocos días, en una carta al diarioThe Mercury News, Watson confesó la autoría de los hechos.
Asegurando que no podía dormir sin hacer lo que su instinto le decía: “Estoy en una posición única donde tengo acceso a este tipo de personas y muy poco que perder. Estos individuos son la peor pesadilla de cualquier padre. Pensé que simplemente le haría un favor a todos. Son verdaderos monstruo y volvería a hacerlo”, admitió.
