‘100 días con la Tata’ es una de las producciones que se ha posicionado con éxito en Netflix desde su reciente llegada. Con un historia 100% real, el actor español Miguel Ángel Muñoz y Luisa Cantero (La Tata) han puesto sobre la mesa temas de gran importancia como lo es la vejez y el amor por los adultos mayores.
El proyecto creado por el intérprete de 38 años se realizó durante la pandemia de Covid-19 en los días de confinamiento. Muñoz decidió irse a vivir en el pequeño departamento de la Tata para hacerle compañía en medio de una de las crisis sanitarias más grandes de los últimos tiempos.
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Aunque fue un momento muy duro que le arrebató la vida a millones de personas y que cambió la realidad de muchos a nivel mundial, Miguel Ángel Muñoz fortaleció aún más la relación con la hermana de su bisabuela, quien fungió como su abuela.
A sus 97 años la Tata le alegró los días a cientos de personas que se sumaban a las transmisiones creadas por el actor a través de su cuenta de Instagram. “CuanrenTATA” fue el nombre del pequeño espacio que ambos construyeron y que hicieron la diferencia en medio del confinamiento en España.
Durante los impredecibles días, la cálida y elocuente señora flechó a más de uno con su personalidad y con sus ganas de seguir descubriendo el mundo e incluso la tecnología, pues en el proceso se sumó a distintas redes sociales como, Instagram, Twitter, Facebook, Tiktok, entre otras donde la puedes encontrar.
Gracias a esa chispa, cada tarde un sinfín de personas esperaban con ansias ver las ocurrencias de este par y la inigualable conexión que desarrollaron desde hace años atrás, ya que la Tata fue quien cuidó de Miguel Ángel durante su infancia mientras sus padres trabajaban.
“Una de las cosas que he terminado de descubrir de este tiempo con ella es lo difícil que se vuelve hacerse mayor”, es una de las frases que quedó guardada en la memoria de los espectadores.
“Desde hace algunos años, y aunque sé que indefectiblemente sucederá, me atormenta pensar que ella se va a morir”, confesó Muñoz en una terapia. Muchos se sintieron identificados, pues quien tiene adultos mayores en su familia todos los días siente miedo de perderlos.
Reflexiones como esas hacen del documental una joya que todo el mundo debe ver. No solo sirve de cable a tierra, también nos hace crear consciencia de las situaciones que atraviesan las personas al envejecer y de lo valioso que es el tiempo junto a ellos.
