Con la muerte de la reina Isabel II, vienen diferentes cambios en la familia Real, uno de estos es que el príncipe Carlos será quien pase a ser el que se siente en el trono y su esposa Camilla Parker, será quien tome el título de la Reina Consorte, uno que desde hace años no había sido otorgado, pero además de esto también será la persona que lleve sobre su cabeza una corona que tiene uno de los misterios más extraños, pues según dicen la misma se encuentra “maldita”, por esta razón te explicaremos un poco de qué se trata todo esto.
El Kohinoor, un diamante “Maldito”
El Kohinoor es uno de los tesoros más preciados de la realeza británica, y se encuentra ubicado en una parte de la corona que era utilizada por la monarca, su nombre significa ‘Montaña de Luz’ y es conocido además como ‘El diamante más infame del mundo’.
El mismo fue encontrado en la India, alrededor del año 1304, pasando por las manos de algunos gobernantes mongoles, hindúes, persas, afganos, entre otros, hasta llegar a manos de la familia real británica.
Cuenta la historia que la maldición de esta joya nace luego de que fuera robada y llegara al tesoro mongol a manos de Humayum, quien murió un poco después de entregarlo a Shah de Persa, por lo cual se dice que “Quien posea este diamante dominará el mundo, pero también conocerá todas sus desgracias. Solo Dios o una mujer pueden llevarlo con impunidad”.
Fue justo en el año 1856 que llegó a Londrés como un regalo por parte del sultán Abdulmedjid para la reina Victoria como un gesto de gratitud por el apoyo que le brindó el imperio británico durante la guerra de Crimea.
Al momento de su llegada, un hombre con bastón atacó a la reina Victoria mientras el carruaje intentaba pasar por las puertas del palacio. Un poco después, aproximadamente un mes, muere el primer ministro Robert Peel al caer de su caballo, por lo que todo se le atribuyó al diamante que recién llegaba en Gran Bretaña.
Esta piedra en el año 1911 fue colocada en la corona de la Reina María para hacer su coronación y fue en el año 1953 que la utilizó por primera y única vez en púbico la reina Isabel II, pero más nunca la utilizó nuevamente un hombre. En el 2002 fue exhibida tras la muerte de la madre de la monarca.