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Milly Diericx hace del enojo una herramienta para sobrevivir

Milly Diericx y Bill Bennet promocionan en México el documental “Facing fear”

Para muchas personas el enojo es una fuerza destructiva que termina por hacer daño al ser humano, pero no en todos los casos, o más bien en un caso especial: el de Milly Diericx, quien encontró en este estado emocional el poder necesario para volver a vivir después de un periodo de enfermedad.

Hace más de 20 años, después de dar a luz a su segundo hijo, la tanatóloga y autora del libro “El método Konsci” pensó que su vida había terminado cuando un médico sentenció: “Te quedan dos días de vida”.

Diericx fue diagnosticada con lupus eritematoso sistémico, un padecimiento que la tomó por sorpresa.

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“Cuando te dan un diagnóstico así y te dicen: ´Te quedan dos días de vida´… y acabas de parir un bebé que tiene dos meses, que es un bodoquito de este tamaño, sí es una cubetada de agua fría, muy fuerte; sí se queda uno en shock”, señaló.

Tras más de dos décadas Diericx reconoce que ha sido una larga evolución, un camino no siempre fácil, pero hoy está fuerte y comparte esa experiencia en el documental “Facing fear”, del director australiano Bill Bennett.

El cineasta, después de que su médico le informó que tenía Parkinson, se dedicó a recorrer el mundo buscando personas de todo tipo para que le ayudaran a comprender el verdadero significado del miedo.


Diericx es una de esas personas y comparte con médicos, escritores, guías espirituales un viaje extraordinario para que Bennett pudiera encontrar una respuesta.

“Yo puedo decir que estuve en shock mucho tiempo y hablo de meses de no poder procesar la información en la cabeza porque es demasiado fuerte…”.

Señaló que, finalmente “no me morí en dos días” y que también es importante hacer notar que la medicina tradicional le ayudó a salir de la crisis.

“Mucha gente le ´echa tierra´ a los médicos, pero yo, la verdad, creo mucho en ellos porque me salvaron la vida”, aseguró. “Me sacaron de la crisis en ese momento, no me morí en dos días pero la lista de ´nos´ era una cosa terrible.

“Después tenía yo más miedo de todo lo que no podía hacer que de morir porque en esa etapa yo no sentía absolutamente nada… era como estar muerta en vida y ahí ni miedo, ¿eh?.. ni miedo, ni amor ¡nada! De veras un muerto en vida”.


Recordó haberse sentido tan enferma que no tenía energía para sentir.

“Suena fuerte, es cierto, pero a partir de ahí me hice muy amiga de las emociones porque me di cuenta de que sin ellas estamos muertos”.

Y la primera emoción que pudo experimentar después de ese periodo, añadió, fue enojo.

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“Lo primero que hice fue enojarme y el enojo me dio la fuerza para poder moverme. Yo no me podía mover nada, no tenía un solo músculo en el cuerpo que funcionara… estaba, deveras, como gelatina.

“Tú me levantabas y se me hacía la piel como una bolsa, no había musculos; todas las articulaciones inflamadas, ¡yo no me podía mover!”.

Pero el enojo, afirmó, le dio la fuerza suficiente.

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“Y me di cuenta que el enojo es súper útil para poder hacer cosas. Esa fuerza que nos motiva y un poco el miedo también, porque cuando yo le tengo miedo a algo y empiezo a bombear adrenalina eso me da fuerza para reaccionar, para pelear, para luchar, para hacer lo que tenga que hacer al respecto”, añadió Diericx.

A partir de ahí comprendió que todas las emociones son importantes.

“Solamente hay que utilizarlas en el momento correcto y en el volumen correcto. Lo malo del miedo es que crece y ¡nos hacemos una cantidad de laberintos mentales! que están creciendo; estamos alimentando el miedo y eso que era un miedo real se vuelve un monstruo gigantesco que ya no podemos manejar y que sentimos que nos ataca constantemente y vivimos paralizados. ¡Ese es el tema con el miedo!”.

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Diericx sacó el poder de esa parte de no estar de acuerdo, en principio, con su estado de salud.

“Cuando mi mente está de acuerdo si tú me dices algo como: ´Te vas a morir en dos días´ y yo estoy de acuerdo y lo creo, ¡me voy a morir en dos días!

“Pero cuando elijo ´elegir´, hago uso de mi libre albedrío, que todos tenemos porque todos tenemos almas… cuando yo hago uso de esa facultad fantástica y yo ´elijo´, como decía también una de las personas de la película, que ella elige porque puede… yo elijo creer o no lo que tú me estás diciendo”.

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No está de acuerdo con las sentencias de terceros.

“Después de todo es una opinión de alguien más y mi cuerpo me está diciendo otra cosa. Mi cuerpo me está diciendo que aquí estoy, que ya pasaron tres días y no me morí, que de hecho las medicinas están funcionando y que la vida sigue”, expresó la escritora.

“Facing fear”, un trabajo fantástico

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En el documental, Bennett revela que fue diagnosticado con Parkinson e inmerso en el miedo de la incertidumbre, recorre el mundo buscando respuestas.

“Le tomó cuatro años (realizarlo) y es un trabajo bárbaro. Fueron ¡cuatro años! de entrevistar a todas estas personas que no son fáciles, son luminarias y fue un proceso de estar sobre ellos y aprender”, reveló Diericx.

Y justo cuando estaba en el proceso de realización, llegó la pandemia que activó todos los miedos de la humanidad.

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“Vivimos en pánico y terror encerrados en nuestras casas dos años… como que este trabajo (el documental) viene de ese libre albedrío y de este amor que le tienes a la vida.

“Hay que agarrarse de esa parte para poder superar cualquier situación. Y cualquier situación es simplemente una condición como que usas lentes o se te está cayendo el pelo y te puedes poner una peluca, así de simple.

“Todo mundo tiene condiciones y eso se puede superar, se puede maniobrar, se puede manejar, como las emociones. No conozco a nadie que no tenga algo, que no le duela una rodilla o que está perdiendo el oído”, expresó Diericx.

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Al final, de una u otra manera, aseguró, todo se supera.

“Hay historias más fuertes como la de Bill, como la mía, pero todos al final del día superamos muchas cosas. ¿Cuántas cosas hemos superado todos?, cuando tú cambias tu foco de atención del problema a las soluciones que ya has dado te das cuenta que tienes las herramientas, ¡todos las tenemos!

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“Yo no soy un ser especial, simplemente le puse atención a las herramientas que yo tenía y las sistematicé, pero esas herramientas las tenemos todos”, afirmó Diericx.

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