La pandemia marcó a las personas de distintas maneras. Para Alejandro Torres Kennedy, quien estaba a punto de embarcarse a una larga travesía desde Sudáfrica hasta Brasil por el Atlántico, tuvo que modificar el rumbo de su ópera prima Transición. Es marzo de 2020 y el mundo se detuvo y un mujer se quedó totalmente sola, confinada en una marina. Una súbita aparición extrasensorial le da sentido a todo.
Lejos de la familia solo con una cámara y un micrófono lavalier, Alejandro Torres tuvo en María, a la protagonista para narrar una historia circunstancial.
“Es un sentimiento de satisfacción que la gente pueda conocer a María y un momento singular del confinamiento. Hace tres años estaba yo con una camarita y un micrófono confinado en una marina en medio de la incertidumbre total, pero con una mujer francesa valiente que le apostó a todo y se comprometió”, dijo Alejandro Torres.
La película filmada en 2020 durante la pandemia, llega este 13 de abril a cines culturales y Cinépolis.
Marie (Marie Boutonnet), una mujer francesa que se preparaba para embarcarse en un viaje por el Océano Atlántico con unos amigos, se ve atrapada en una solitaria marina sudafricana ante la implementación de un estricto confinamiento para detener la propagación de un virus peligroso y desconocido. Aunque el panorama prometía un momento de paz y tranquilidad, conforme avanzan los días de aislamiento, la mujer pronto descubre que una presencia la acompaña en el lugar.
“Nos encontrábamos confiados y decidimos intentarlo. Siempre me han llamado mucho la atención los temas paranormales, metafísicos y todo lo que no se puede ver pero está presente, así que al tener solo un personaje la mejor manera de resolverlo fue con un elemento invisible. Me gustaría que con la película la gente conectara con lo positivo que hubo en esos año tan duros”, explicó el director.
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Durante cinco meses estuvieron confinados en la marina, donde vivieron la soledad y se embarcaron en un viaje, no arriba de una embarcación sino interior.
“Ella (María) iba a vivir una aventura a través del océano Atlántico, en el mar, pero al final por el confinamiento fue obligada a hacer un viaje por el interior que resultó ser mucho más útil para ella y su vida. Fue una representación de lo que para muchos fue la pandemia, incluso para mí como realizador. La quietud, el silencio y la lentitud son parte de la cinta que nos permite percibir cosas de otro manera. El simple hecho de ver cómo el viento mueve el mar, invita a tener una mirada más tranquila con una historia minimalista y una mujer que vive un peculiar momento”, dijo el debutante cineasta.