Cuando se habla de Ricardo Arjona es innegable pensar en lo polémico que ha sido a lo largo de su carrera, pese a que sus canciones han llegado a los rincones más recónditos del mundo, no ha dejado de recibir algunas críticas por considerarlas llenas de mensajes machista, políticamente incorrectas o fuera de lugar,
Lo cierto es que por muy particular que es este artista no es menos cierto que el guatemalteco de 59 años logra desatar euforia en cada presentación que realiza. Quienes llegan a identificarse con su música y estilo son fieles a él y a sus ideales.
Recientemente el intérprete de éxitos como Señora de las cuatro décadas y Mujeres concedió una exclusiva entrevista a la revista musical Rolling Stone además de ser el protagonista de la más reciente portada. Durante su charla habló de distintos temas, entre ellos el cambio que ha sufrido la sociedad en los últimos tiempos, de sus canciones y del peso del del ego y la fama.
La revista hizo una breve descripción de Arjona del encuentro con Arjona a propósito de la publicación que compartió en su cuenta de Instagram: “‘Díganme qué hay que hacer, para no hacerlo’, parece ser el lema de Ricardo Arjona, y con ese espíritu el guatemalteco lleva casi cuatro décadas de una carrera muy exitosa”, se lee en el post de @rollingstoneenespanol.
“Arjona dice lo que piensa, y lo dice con un estilo muy particular que le ha llevado a vender millones de discos y a llenar estadios en la mitad del planeta”, se lee en otro párrafo.
La entrevista fue realizada por el periodista musical y publicista Ricardo Durán quien trabaja para la revista Rolling Stone y actualmente se desempeña como editor en jefe de la versión en español.
En la conversación sin filtros que se basó en unas 20 preguntas aproximadamente, Arjona volvió dejarse ver sin tapujos, gústele a quien le guste, tal y como es.
El periodista le refiere a Arjona:
“Alguna vez usted dijo que sentía nostalgia de sí mismo, ¿Cuáles son las cosas que más extraña del Ricardo que tenía 25 O 30 años?”
“A los 25 sabía perder. Incluso lo disfrutaba. Era inmune a lo sofisticado, y el ego pagaba renta a corto plazo, que era casi lo mismo que el teflón, todo resbalaba. A los 25 componía por impulso, y lo que escribía no iba a parar a las manos de directores artísticos que se disfrazaban de músicos siendo financieros. Hoy, a un poco más del doble, ya no lo veo con nostalgia. Fui un cisne que nadó muchas veces entre fango, y salió inmaculadamente blanco, aunque un poco más viejo. Hoy, volví a ser el mismo, aunque sospecho que más feliz”, respondió el artista.
Durante la entrevista también fue consultado sobre el hecho de no pertenecer a ninguna disquera, algo que para Arjona terminó siendo mejor, pues se siente un “huérfano feliz de esta industria” por estar desligado de cualquier casa.
Sobre el ego la fama y que esta última no represente un desgaste para la integridad de ningún individuo: “La fama es un mal necesario con el qué hay que saber lidiar. Jamás cederle el terreno de las decisiones, y jamás dejarla entra a tu casa”, respondió Arjona para la revista.
“La fama, en estos tiempos es una puta que se vende al mejor postor, aunque sea el peor, como ya lo dijo alguien. Antes destinada a los que de alguna manera hacían algo destacando por encima de los demás en ámbitos que tenían que ver con el deporte, la música o las artes. Hoy la mayoría son conocidos a nivel mundial, pero es difícil responder a la pregunta de a qué se dedican”.