La cantante inglesa, Adele, ha realizado, durante los últimos meses, una serie de presentaciones en Las Vegas, donde ofrece todo su repertorio a un selecto grupo de asistentes, cada fin de semana en la ciudad estadounidense.
Durante cada concierto, la cantante británica aprovecha para conectar con sus fanáticos de la forma más auténtica que la caracteriza.
Por eso, en este fin de semana, la artista aprovechó un espacio para revelar cuál es su más grande adicción que intenta superar.
“Esta semana decidí dejar de tomar café (...) Fue más difícil que dejar de fumar, más difícil que cuando quieres dejar de beber”, dijo, según describe The Sun.
Continuó: “He tenido migraña toda la semana. Tuve un dolor de cabeza terrible durante dos días porque me lo corté. Mi cabeza estaba latiendo. Era como si hubiera un taladro dentro de mi cabeza. Era mucho”.
“La cafeína y la adrenalina deben ser lo mismo porque en el momento en que subí al escenario y todos comenzaron a cantarme, mi dolor de cabeza desapareció un poco. Un agradable alivio. Así que, si me ves temblando, no te preocupes. También he estado tratando de arreglarlo con azúcar. Cené dos piezas de pastel de manzana esta noche. Comí eso en lugar de comer mi cena normal”, concluyó.
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Batalla de Adele con los malos hábitos
La cantante ha pasado por una serie de sacrificios, luego de tener una impresionante transformación física desde inicios del 2019, donde perdió cerca de 45 kilos.
Durante algunas entrevista, la cantante de ‘Rolling In The Deep’, señaló que durante la pandemia, tuvo que adaptar buenos hábitos para mantener el nuevo peso que obtuvo con dietas y ejercicios.
Entre las cosas que tuvo que dejar la británica estaba el alcohol y el azúcar. “Dejé de beber. Es una forma genial para conocerse mejor a un mismo, beber solo agua y tratar de mantenerse sobria todo el tiempo”, admitió.
“Solía tomar diez tazas al día con dos azucarillos en cada una, así que estamos hablando de 20 unidades de azúcar al día. Ya no lo bebo y ahora tengo más energía que nunca”, dijo.