El título, derivado del concepto biológico de la autopoiesis, simboliza el constante renacimiento personal. Mon Laferte fusiona géneros en el álbum, desde cumbia hasta techno, expresando su diversidad musical y emocional.
Cada tema es un universo único, lleno de referencias y obsesiones, utilizando samples que revelan capas adicionales de la artista. Autopoiética demuestra la evolución de Mon, marcada por la seguridad en sí misma y una mayor claridad creativa.
Dentro de Laferte coexisten la cantautora y la artista visual. Desde sus raíces en Viña del Mar hasta su segundo hogar en México, Mon ha cultivado una carrera multifacética, navegando sin esfuerzo entre diversos géneros. En Autopoiética, Mon Laferte no solo ofrece una experiencia musical ecléctica sino también una invitación a explorar su complejo universo creativo, marcando un capítulo significativo en su carrera en constante evolución. Pero su disco no llega solo, este lunes en Sevilla (España), la Academia Latina de Grabación le entregó el Leading Ladies of Entertainment, dedicado a celebrar los logros de las mujeres en la industria de la música, tanto en el plano interpretativo como en lo que corresponde al detrás de escenas. En este contexto y previo a la ceremonia de entrega de los Latin Grammy, Publimetro platicó con la chilena.
¿Cómo defines Autopoiética?
— Me he metido en bastante lío con este término. Pero ¿cómo lo defino? Autopoiético. La autopoiesis que acuñaron unos tipos brillantes chilenos. Esto es que las células tienen la capacidad de regenerarse, tienes una célula y tu cuerpo se regenera. Yo soy autopoiética porque tengo la capacidad de regenerarme metafóricamente hablando; Me puedo caer, puedo ser madre, me pasa la vida por encima y yo me regenero y aquí estoy. De eso va el álbum, de esa capacidad de la autopoiésis.
¿En qué piensas cuando estás creando música?
— En muchísimas cosas. En este álbum cuando estaba haciendo la canción Tenochtitlan, la canción que abre el disco, reflexionaba sobre qué estamos haciendo como sociedad hoy con este tema de la cultura de la cancelación, de los señalamientos. Está muy duro, es como los apedramientos religiosos. Yo he sido ahí punto de ese apedramiento social y es complejo. Lo principal que va en mí es que quiero que la gente sienta cosas, que sientan algo, que se emociones, que lloren, que bailen, que hagan catarsis.
¿Has plasmado alguna obsesión tuya?
— Muchas obsesiones.Tenía muchas ganas de hacer un techno que es algo que me gusta mucho y quería hacer un techno y que fuera como muy noventero, dosmilero y ahí está autopoiética. Con el deseo dela pista de bailes del bogging y todo eso que es algo que me interesa mucho, también como movimiento cultural. Hay una canción que es una cumbia rebajada que se llama “Te juro que volveré” que también es contracultura de Monterrey que son estos colombianos y está el bogging y y hay mucho, hay mucho de este tipo de movimientos en el álbum.
Escuchamos también a una chilena muy aguerrida.
— Ah, bueno, es que eso siempre está presente, ¿no? O sea, soy chilena y soy aguerrida, creo yo no por decisión propia, sino que la vida me ha llevado ahí y este trabajo social y de denuncia pública ha sido madre.
Este año ha sido muy intenso para ti: disco, premios y has sido madre.
— Yo creo que las mujeres tenemos como súper poder, sobre todo cuando nos hacemos madres. ¡No sé cómo le hago!. Yo antes antes de ser mamá, tenía que dormir 8 horas y si no, no funcionaba y ahora no duermo ni tres, porque mi hijo se sigue despertando muchas veces en la noche y estoy cambiando el pañal y al día siguiente hay historia. No sé es como que algo se despierta en ti cuando eres mamá, algo como súper poderoso y además soy muy entusiasta, me gusta mucho ser mamá, pero también me gustan mucho mi trabajo. Me gustan mucho hacer música. Entonces, pues voy a tener que hacer todo, aunque esté cansada.
Y llegas a Latin Grammy nominada y con un reconocimiento
— Tengo una una nominación y me cayó por accidente. De hecho yo pensé este año no venía a los Latin porque no había publicado música nueva, entonces no entraba dentro de las categorías para ser nominada. De pronto me llega la noticia de que me van a dar este reconocimiento y la nominación con “Traguito” junto a iLe. En realidad es una nominación a una canción de iLe que es un artista puertorriqueña que quiero mucho y que admiro. Ella me invitó a cantar con ella, escribimos juntas esta canción y de repente como está nominada.
Los Leading Ladies reconocen la conciencia social y el liderazgo ¿con qué te comprometes tú?
— Pues es ese reconocimiento por el trabajo social, el compromiso, con qué te comprometes tú?
—Socialmente es que no sé. Siento que no me comprometo con nada. Es muy loco porque muchas veces me señalan como activista y yo digo yo no soy activista de nada, o sea, no me siento, no me veo en ese sitio, sino que simplemente hay cosas que me mueven y que quiero hacer. Por ejemplo, dentro del reconocimiento mostraban cosas de las que hago y ponían la labor que he hecho con algunas mujeres que están en las cárceles privadas de su libertad y pero lo he hecho genuinamente porque me interesa conocer a esas mujeres y saber de su mundo, no, porque yo sienta que soy como una persona buena que anda por el mundo queriendo hacer el bien o algo por el estilo. Debo decir que soy tremendamente egoísta porque todo lo que hago, lo hago por placer propio y por gusto y hay cosas que me generan placer y gusto y las hago y si eso se considera un compromiso social, pues cool, pero no, no hago cosas por un compromiso social.
¿Cómo ves este mundo tan crispado?
— Creo que el mundo está muy polarizado lamentablemente siento que cada vez más y eso me genera mucha tristeza. Creo que la música tiene siempre la labor de unir a las personas y yo siempre he intentado unir a la gente con mi música. Esto sucede si vienes a un concierto mío, vas a encontrar gente de todas las edades. Hay gente que le gusta el bolero la música romántica, el metal la electrónica y encuentras gente muy distinta y muy diversa y eso me encanta que suceda ahora. Siento que hay una tendencia general en el mundo de la polarización y creo que eso no nos no nos ha ayudado. No sé si las redes sociales tienen un poco la culpa no lo sé, no, no soy consciente de que será, pero hay una polarización muy muy extrema.
Es un disco muy chilango, ¿qué aporta la Ciudad de México a tu música?
— Muchísimo. Bueno, yo soy chilena, y eso está muy presente en mí en mi ADN musical, pero también está México llevo 16 años en México, ya soy mexicana también. Entonces está súper presente. No solo en los sonidos, sino que también la estética. Si ves los videos está súper presente México. La CDMX es una ciudad ecléctica. Yo creo que es la ciudad más surrealista del mundo. Hubo un tiempo que yo vivía en el centro de la ciudad y era una locura, o sea la gente que ves y lo que sucede en la ciudad. Parece una película de Jodorowski, es increíble la Ciudad de México y te inspira todo el tiempo es muy fácil crear viviendo ahí, porque todo el tiempo están pasando cosas.
Y, ¿qué te parece Sevilla?
— Me encantó Sevilla me encantó. Pensaba justo ayer sobre que tanto se habla de de la apropiación cultural y de todo este rollo.. Esto es una locura, o sea, veía todo lo árabe, los azulejos, …, yo lo veía y decía que esto está mexicano, pero es que no es mexicano es árabe y esto es árabe y luego español y luego mexicano y así y somos una cadena y una herencia de cosas tan maravillosa.
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