Este 17 de febrero “El Rey”, Vicente Fernández, estaría arribando a su cumpleaños número 84. Y a pesar de su ausencia física, desde hace dos años, su legado sigue intacto.
“El Charro de Huentitán” no sólo será recordado por su carrera artística, también por su gran gusto hacia las mujeres y haber tenido supuestos amoríos con muchas de ellas, todas relacionadas al mundo del espectáculo mexicano, a pesar de haber estado casado por más de 50 años.
¿Quiénes fueron los amores más sonados de “Don Chente”?
Angélica María:
Uno de los supuestos amores más polémicos a lo largo de la vida del fallecido cantante fue la supuesta relación sentimental con la actriz Angélica María, con quien Vicente realizó varios duetos musicales y coincidió en las grabaciones de la película “Entre monjas anda el diablo”.
A pesar de los rumores, la también conocida “Novia de México” declaró que este amorío nunca sucedió, ya que lo único que la unía con el legendario cantante de música regional mexicana era “una bonita amistad”, ya que ella también era cercana a la esposa de Vicente Fernández.
“Además soy muy amiga de su mujer. Cuca, la adoro. Adoro a la familia”, indicó en su momento la Angélica María.
Merle Uribe:
Este fue uno de los romances más sonados en la vida del legendario cantante, Incluso la bailarina lo reconoció en algunas entrevistas, revelando que el inicio de esta aventura fue en 1980, mientras grababan la película “Picardía Mexicana 2″, desde un principio el cantante le dejó en claro que nunca dejaría a su esposa
Patricia Rivera:
Durante años se dijo que el hijo de la ex reina de belleza era de Vicente Fernández . Sin embargo, fue con un examen de ADN que se logró confirmar que no era cierto . Se conocieron en el año 1978, mientras trabajaban en la película “El Arracadas”.
Manoella Torres
Se dice que el romance entre ambos inicio y terminó mientras grababan una película . Durante todo el rodaje los rumores circulaban con mucha fuerza, sin embargo, todo acabó junto con el final de la producción.
Lo cierto es que Vicente Fernández siempre fue considerado un “mujeriego” calificativo que siempre lo acompañó.