Moderatto cerró con broche de oro su despedida ante los tapatíos, con un Auditorio Telmex lleno, y miles de fans que hicieron un repaso musical de la historia de la agrupación.
La banda da los últimos conciertos de su gira ¡Adiós amigos! en Méxio, que es la recta final que marca su despedida de los escenarios. Este sábado, cerró n el capítulo en Guadalajara, donde el frontman Jay de la Cueva salió vestido de gala como ameritaba la noche llena de glam y metal.
Moderatto arrancó la fiesta en el Auditorio Telmex a las 21:10 horas con todo el poder de las guitarras, la batería y el detector de metal.
La noche transcurrió de manera rápida, aunque Jay de la Cueva reveló que un día antes estuvo muy enfermo, señaló que no podía faltar a la última cita en Guadalajara.
Más de 20 temas interpretaron en la nostálgica velada de rock y metal, con canciones como Zodiaco, 1000 demonios, Si te vas, Sentimettal; además de covers como Sálvame, Amor prohibido, Como quien pierde una estrella, Isabel, entre otros.
Moderatto tendrá sus últimos shows el 14 de marzo en el Auditorio Citibanamex (Monterrey), el 21 de marzo en el Auditorio GNP Seguros (Puebla) y el 23 de marzo en el Palacio de los Deportes (CDMX).
Emotiva historia de fan
Antes de que comenzara el concierto, en el lobby del inmueble se observaba a jóvenes y niños imitando la forma de vestir y el maquillaje de Moderatto, a manera de tributo.
Pero hubo una historia que sobresalió, la del joven Nicolás Fuentes, quien acompañado de su familia, proveniente de la Ciudad de México, compartió el significado de estar en el último show de su banda preferida.
Hace diez años, Nicolás estaba por cumplir 5 años, cuando tras un larga fila para una convivencia con Moderatto hizo el sueño realidad de conocer y tomarse la foto con Jay de la Cueva.
Hoy, a una década de ese momento, Nicolás de 15 años, viajó de Ciudad de México a Guadalajara para apoyar a los músicos en su adiós. El joven ya no alcanzó boletos en la capital del país, por lo que su familia decidió aventurarse a Guadalajara.
El joven, con su camiseta bien puesta, llegó para cantar todas los éxitos y marcar otro recuerdo que se quedará por el resto de su vida.