Lucero Mijares, hija de los reconocidos cantantes Lucero y Manuel Mijares, ha logrado destacarse en el mundo del entretenimiento, ganándose el cariño del público y forjando su propio camino independientemente de la sombra de sus famosos padres.
A sus 19 años, ‘La Beba’, como le dicen de cariño, se ha convertido en una joven promesa del espectáculo, demostrando que el talento puede ser hereditario, pero también se puede desarrollar con esfuerzo y dedicación propios.
Con su reciente participación en el reality ‘Juego de Voces’, quedó más que claro que tiene todo para triunfar pero más allá de su poderosa voz y carisma, Lucerito tiene un “arma secreta” que es clave para ganar cuando comparte el escenario con algún colega.
El secreto de Lucerito Mijares para destacar en sus duetos
Desde pequeña, Lucero Mijares ha estado rodeada de música y arte, creciendo en un ambiente lleno de talento y creatividad. Sin embargo, lejos de depender únicamente de la fama de sus padres, ha trabajado arduamente para construir su propia carrera. Su carisma, simpatía y habilidades vocales han sido claves para conectarse con el público, quienes la han visto crecer y evolucionar en los escenarios.
Ella nunca se ha dejado intimidar cuando comparte el escenario con alguien más, especialmente con sus padres. Esto la ha llevado a entrenarse para destacar y no necesariamente por el poder de su voz sino porque “deja brillar a todos”.
Durante la última emisión de ‘Juego de Voces’, Lucerito compartió el escenario con Emmanuel, uno de los ídolos de la música popc de los 80s y 90s que sin duda tiene una voz inconfundible. Para muchos, este sería el más grande reto, pues sería difícil igualar o superar la voz del intérprete de ‘La chica de humo’.
Por supuesto, Lucerito hizo lo mejor que pudo para destacar que fue no tratar de superarlo ni tampoco “hacerse menos” sino estar “a la par” o así lo notaron varios de sus seguidores que lo expresaron en su reciente publicación.
“Que resoetuosa para cantar en duo!! que bella voz,, Dios la bendiga”. “Ella hace todo bien empezando porque no lucha para destacar sino que deja al otro brillar también”. “La prueba de que para destacar en un dueto no necesitas superar al otro sino estar a la par, brillar en tu momento y dejar al otro brillar”, se lee en redes sociales.
Ésta ha sido una “táctica” que Lucerito ha demostrado en otras ocasiones como lo fue con el dueto con Mía Rubín el cual, aunque fue criticado por algunos, hizo que otros aplaudieran el siempre evidente compañerismo de la joven.
Del mismo modo, cuando cantó junto a Eduardo Capetillo Jr., Lucerito supo a la perfección crear un balance, lo que resultó en uno de los duetos más aclamados de la primer temporada de ‘Juego de Voces’.
En un dueto musical, es fundamental permitir que el otro destaque para poder brillar con tu propia voz. Este equilibrio no solo enriquece la interpretación, sino que también resalta la individualidad de cada artista, creando una armonía que cautiva al público.
Respetar y valorar el espacio del compañero de dúo permite una interacción más auténtica y poderosa, donde cada voz complementa a la otra, elevando la pieza musical a un nivel superior. De esta manera, ambos artistas pueden mostrar su talento único mientras contribuyen al éxito conjunto de la actuación.
Lucero Mijares ha dado cátedra de lo que es ser una artista
Además de su talento vocal, Lucero Mijares ha sabido manejar su imagen pública con inteligencia y madurez. A diferencia de muchos hijos de famosos que buscan replicar el éxito de sus padres sin un verdadero esfuerzo personal, Lucero ha tomado su tiempo para formarse y encontrar su propia voz. Ha participado en diversas producciones teatrales y musicales, demostrando su versatilidad y compromiso con su carrera artística.
El cariño del público hacia Lucero Mijares no solo se debe a su talento, sino también a su autenticidad y naturalidad. A través de sus redes sociales, ha compartido momentos personales y profesionales, permitiendo a sus seguidores conocerla más allá del escenario. Su frescura y humildad han resonado con una audiencia que valora la sinceridad en un mundo muchas veces dominado por la superficialidad.
