El Malilla visitó al redacción de Publimetro para ponerse al frente de la mesa de edición, durante su paso por el periódico habló de los momentos que ha tenido que superar para conseguir el éxito. También dejó ver el chico centrado, amable, estable e inteligente que hay detrás de su fama.
PASADO
Fernando Hernández es el nombre real detrás de El Malilla, que actualmente es un fenómeno de la música urbana en México y gran parte de Latinoamérica. Pero la historia de El Mali, va mucho más allá de los escenarios, las listas de reproducciones y la popularidad, el joven de 23 años es originario de uno de los barrios más populares de nuestro país, Valle de Chalco, una zona en el Estado de México, que se encuentra a 30 kilómetros de la capital. Loa habitantes de Chalco crecen en medio de extremas carencias, pero a pesar de esto, Fernando logró alcanzar el éxito de los últimos años. “Piqué mucha piedra, fui de los tachados del género, de los juzgados”, comentó el intérprete durante su visita a Publimetro. Mali también nos compartió todas esas experiencias que vivió de niño, así como su vida en el barrio.
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¿Cómo eras de niño, qué te gustaba hacer en el barrio?
—Yo con mi jefa siempre he sido bien respetuoso y si me decía ‘ve por las tortillas’ yo iba por las tortillas. En ese entonces, recuerdo que teníamos una tienda, entonces, no tenía que salir de la casa más que ir por las tortillas o por los tamales. Siempre fui bien callejero, yo creo que eso fue lo que hizo que me desarrollara más rápido que otros morros; por el simple hecho de que tenía la confianza de mis padres de poder salir a los 11 o 12 años. A esa edad me la pasaba en las canchas, con mi bicicleta, correteando perros, jugando futbol, por eso de las cinco de la tarde me regresaba a mi casa para estudiar. No les voy a mentir, yo sí consideré la escuela como algo muy importante en mi vida, porque me servía para despejarme de mi realidad. En el Estado de México es bien normal que en una casa vivan tres familias, o sea, tú, la de tu prima, la de tu tía si en una familia hay demasiados problemas, imagínate en una donde haya tres familias viviendo; yo me despejaba de mi realidad haciendo mi tarea porque me enfocaba haciendo mis cosas y si había pedos, pues no escuchaba, te lo juro por Dios.
¿En qué momento nació el amor por la música?
— La música siempre estuvo presente en mi vida, porque justamente era el crecer con muchos gustos musicales en una misma casa; mis primas escuchando pop, en mi casa era la salsa, cumbia con mi mamá y mi papá era más de rock en inglés; mis vecinos de enfrente eran mecánicos y escuchaban norteño. Como que la música siempre ha estado presente y conocí el reguetón, literal, por la piratería porque en la esquina de mi casa había un tianguis y estaba esta moda de Shark DJ, donde el disco valía cinco pesos y traía mil canciones. Cuando salía a comprar la comida, escuchaba estos temas de ‘la vecinita tiene antojos’, tenía como 9 años y decía ‘¿qué pasó con esto?’ ‘¿de dónde es esto?’ Yo lo que conocía era el rap, la cumbia, la salsa, Cartel de Santa, pero cuando empecé a escuchar el reguetón dije ‘¿qué es esto?’Después de eso compraba mis discos, los escuchaba. Posteriormente instalaron el internet en mi casa y ahí es donde comencé a investigar más. Y ya hacerlo formal como un trabajo fue hasta la pandemia.
¿Cuál fue tu primer trabajo?
— Trabajé Cemex porque cuando salí de la prepa, me dieron mi título de Técnico de Construcción Civil, entonces, fui a pedir chamba, tenía 18 años, recuerdo que mi papá me dijo ‘no vas a durar, no te no te va a gustar la chamba. Vas a dar dos meses y no; duré un año”. Me dieron chambita ahí monitoreando nada más las rutas del cemento.
¿Cómo comenzaste a pagar tu música?
— Como siempre he sido de estar en la calle, era comprar una playera y le decía a un amigo: ‘yo tengo una playera que te queda a ti, te la vendo en 80 pesos y así desde los 15 años tuve un extra en mi bolsillo, y cuando yo iba al estudio, pues claramente no le pagaba lo que hoy en día me cobran los productores. Era de pagar 200 pesos. Empecé a hacer música, pero si era más como un hobby ya que siempre el plan a fue la ingeniería civil.
¿Cuando obtuviste tu primer sueldo de la música, en qué te lo gastaste?
— Tardó, porque cuando subes música independiente, hay distribuidoras gratuitas, entonces como que los dos mil pesos que me eran para volverlos a invertir a mi música.
¿Cuál es la primera canción que compusiste?
— Han sido varias, pero por respeto no lo puedo decir porque esa canción que compuse es famosa y no tengo ningún crédito, pero por qué no sabía. No sabes que existe un publishing, no sabes que existe un un porcentaje por composición, no sabes que existe un máster, o sea, no sabes nada de la industria musical.
¿Quién ha sido tu mejor asesor de vida?
— Afortunadamente siempre he tenido buenos padres. Mi papá siempre me enseñó a ahorrar, cuando a los 18 ganaba cuatro mil pesos, que para mí era mucho, porque vivía en casa de mis papás y no daba gasto. Una vez mi papá se sentó conmigo y me preguntó ‘¿cuánto ganas?’ y después el me mostró cuánto ganaba él, mi papá es diseñador industrial y vi dije: “no, la neta me voy a volver a meter a estudiar”.
¿Qué ha sido lo más complicado de salir del barrio?
— Es no ver a mi mamá y a mi papá. El estar todos los días lejos de casa, lejos de la gente que el día que se acabe esto va a estar allí contigo.
¿En qué momento te reconoces como El Malilla?
— Cuando le doy la formalidad. Ya estoy en la universidad, ya pasé mi primera chamba, ya pasé de vender la playerita, de vender tenis. En la universidad cae la pandemia y ahí digo: ‘no me gustaría desperdiciar todos los días de mi vida por no entrar a mi clase’. A partir de allí, todos los días voy al estudio y fue donde desarrollé mi proyecto. Empecé a tener shows en mi barrio, pero esos shows en mi barrio la gente no sabe que yo los organizaba para poder subir a cantar mis rolas y así me conocieran.
PRESENTE
El editor invitado de Publimetro siguió narrando sus vivencias en el barrio e incluso observó el boceto de lo que sería la portada que protagonizaría. Fernando se mostró feliz al hablar del éxito que tiene actualmente, sin embargo en todo momento recalcó a los colaboradores del periódico que sigue con los pies en la tierra y explicó que la fama también tiene momentos complicados. Además, el cantante enfatizó que durante 2023 tuvo más presentaciones que días.
¿Cómo has vivido este último año?
— Afortunadamente, llevo dos años que no he parado de gira. El año pasado fueron 430 shows alrededor de toda la República Mexicana; en barrios, municipios y explanadas. Ha sido un constante sube y baja de emociones porque no es lo mismo estar en tu casa, tranquilo, a gusto, que es tu zona de confort, a estar en la tarima, que es donde está toda la euforia los gritos, el “encuérate Malilla’. Es una locura. Ha sido una transición trabajar aún más en El Malilla y prepararlo para lo que se venga. Justamente durante este año y medio, que estuve de gira, fue que aterrizamos un concepto que se llama Ñerostars, que lo adaptamos a estrellas de barrio porque yo llegaba a Monterrey, y desde que pisaba el aeropuerto había gente esperándonos, si llegaba a Veracruz era lo mismo.
El álbum Ñerostars tardó año y medio, una de las canciones la escribiste hace cuatro años, ¿qué fue lo que más te gustó de este disco y cuál fue el reto?
— Todo fue una transición. He tenido la experiencia de caer, levantarme, aprender. Pero llega un momento donde te llega el dinero y te vuelves loco, y me llegó esa etapa pero ahorita ya estoy más centrado. Me levantó a las siete de la mañana para hacer ejercicio, a las nueve estoy desayunando y tomando los zooms, entonces estoy más enfocado y agradezco eso. He tenido un proceso y una carrera de ocho años, creo que si quieres ser el mejor futbolista, el mejor bateador, tienes que ir todos los días a la cancha, tienes que entrenar, y justamente esto pasa con la música, yo iba todos los días al estudio y fue que me desarrollé y no solamente pude hacer temas populares como lo son Tiki y B de Bellako, también pudimos encontrarnos y hacer rap, en este disco también tengo un mambo, un house y es eso poder hacer música atemporal.
¿Hay algún género que jamás harías?
— No, me gustan todos. Como tuve ese desarrollo, para mí el mejor álbum que existe se llama Romances y es de Luis Miguel. No hay ningún género que no disfrute e inclusive es como un nuevo mundo.
¿Cómo ve El Malilla la música?
— La veo como un proceso similar al de la escuela, estás en primer semestre, después segundo semestre, tercer semestre, cuarto semestre y ya en el quinto semestre tienes que mejorar, así lo veo.
¿Qué le diría Fernando e El Malila, y El Malilla a Fernando en este momento?
— A Fernandito le diría que no es un loco, que siga creyendo en lo que él quiere, que aprenda a disfrutar aún más su proceso. Llegó un momento de la vida que yo quería más, me estaba yendo bien y en lugar de disfrutar lo que tenía, iba por más. Le diría que no se desespere y que disfrute su proceso.
Estás a punto de cumplir años, ¿como recibes al número 25?
— Feliz, con mucho trabajo. Tenía planeado desde hace cuatro o cinco meses irme a España, desafortunadamente no se concretó porque me salieron festivales; pero como dice mi abuela primero lo que deja y después… yo esto no lo veo como un trabajo.
Ante la fama y el éxito, ¿cómo cuidas la salud mental?
— Es muy importante y desafortunadamente en una escuela primaria, secundaria o preparatoria del Estado de México no tienes quién te ayude. Hasta hace dos años, fui a un psicólogo. En mi caso, soy muy autodidacta y fue como ‘si cuando eras pobre no tenías pedos, ahora que tienes algo, menos los vas a tener’. Mi mente es diferente y trabaja distinto al de todas las personas, si hay muchos problemas, es algo que se tiene que cambiar sí o sí. Soy un poco más positivo y trato de ver todo lo bueno y lo malo de lo positivo de lo negativo.
Cuentas con colaboraciones junto a Mc Davo, Big Metra, entre otros. ¿Cómo ha sido para ti trabajar con ellos?
— Es lindo porque afortunadamente he conocido personas y no artistas. Cuando tú conoces artistas el trato no es el mismo porque conoces a ese personaje de ficción que se muestra en redes y cuando tú conoces a una persona conoces cómo es. En la industria hay mucho oportunismo.
¿Cómo describes a tu generación?
—Soñadora, estamos en la época en donde el que chambea y se arriesga, gana. No solamente hay un Malilla, existe un Bogueto, una Bellakath, una Yeri Mua. Yo la describo así, es una generación soñadora.
¿Cómo describirías esta camada del reguetón mexa?
— La veo muy bien Somos las caras que abrieron este camino a un negocio rentable, un negocio en donde te paguen un show, un negocio donde recibas las regalías que tienes que recibir, un negocio donde ya puedes firmar un contrato multinacional. Es esa esperanza y esa nueva oportunidad para esos nuevos talentos y decir ‘me puedo atrever, yo lo quiero hacer y lo voy a cumplir’.
¿Cómo ves este movimiento en Latinoamérica?
— Muy bien. Siento que hoy, el 2024 es el momento de México. Ya tuvo su momento Puerto Rico, estuvo el momento de Colombia, con los hermanos chilenos también estuvo muy fuerte, pero hoy siento y considero que es el momento de México.
FUTURO
El Malilla vive un momento de ensueño, pero a su corta edad la metas aún son altas y hay muchas cosas por cumplir. Colaboraciones por hacer, objetivos personales, pero sobre el seguir llevando su música y su mensaje a muchos más lugares, dejando en claro que si un joven de Valle de Chalco pudo salir del barrio, todos pueden realizar sus sueños.
¿Te ves trabajando con Bizarrap?
— Sí, me imagino haciendo una Bzrp Music Sessions, pero justamente tenemos que hacer que los demás países entiendan nuestra jerga, porque sí entiendo que el reguetón mexicano es muy de Ciudad de México, y hay palabras o expresiones que no se entienden en el mundo.
El tema Dime es un claro ejemplo de que te gusta el reguetón romántico...
— Sí, pero también estoy convencido de que encuentras la media cuando le das a tu público la satisfacción de lo que quieren escuchar como el perreo para bailar, pero mientras sigues descubriendo nuevos géneros.
Una de las características de tus shows es que encontramos a público de diversas generaciones.
— Eso me pone muy contento, porque justamente El Malilla no es solo un género, no es perreo totalmente. Encuentras una canción para dedicar, para bailar, encuentras una canción de despecho, encuentras una canción que si estás en un mal momento la vas a escuchar y vas a decir esta me motiva a echarle ganas.
¿Cómo es la relación con tus fans a través de redes sociales?
— Es muy lindo. Considero que el público de cada artista es como el artista es. Si tu artista es muy tóxico, su público va a ser muy tóxico. Entonces, pues yo soy una linda persona y mi público es muy lindo; es muy respetuoso, muy cariñoso y como que muy fiel a El Malilla.
El éxito en la música también te ha llevado a conocer otros ámbitos como el de la moda, ¿cómo ha sido tu experiencia?
— Me gusta. Siempre me ha gustado, desde muy niño y más ahora que soy El Malilla. La moda va muy da la mano con el reguetón. Me gusta hacer este chiste de ‘mezclando la moda de París con el reguetón mexa’.
También te has metido al mundo de la actuación...
— En noviembre sale un proyecto y en enero sale también algo lindo. Experimentar este mundo fue una llamada al universo. Yo estaba sentado con mi mánager y le dije me gustaría actuar y a las dos semanas nos hicieron llegar un cameo, ahí no hubo trampa, hice mi casting y me vieron los directores, hice una escena y a las dos semanas me dijeron ‘te quedaste con el papel y me gustó’. Fue un personaje fácil porque al leer el guion, vi que eran situaciones que ya había hecho en mi pasado.
¿Cuál es ese mensaje que tú quieres llevar con tu música?
A la gente que le está llegando mi música es a los adolescentes, y como persona me gustaría llevar el mensaje de que ‘los sueños sí se cumplen. Sea el sueño que tú tengas o la meta que tengas es posible cumplirlo, siempre y cuando se trabaje’. Desafortunadamente no venimos de un lugar donde estires la mano y llegan las cosas, uno tiene que hacer sacrificios y esfuerzos y no perder la fe. Hay muchos sacrificios que uno hace detrás de esto, tras perseguir el sueño, porque mi sueño sí es esto y es una bendición; es un ejemplo para todos esos jóvenes que nos siguen y que nos dan su amor, que digan ‘si ese güey que se llama Fernando que viene de Valle de Chalco está cumpliendo un sueño, porqué yo no puedo’.