Era la década de los 70, una época de cambios en la sociedad estadounidense y con historias que cimbraron el mundo, como fue la de la pequeña Jan Broberg. Los años han pasado y esa niña que ahora tiene 62 años, decidió que el mundo conociera un episodio que la atormenta desde su infancia, un momento trágico dentro de su familia a través de la miniserie A friend of the family.
Broberg fue secuestrada en dos ocasiones cuando tenía 12 y 14 años por un vecino Robert Berchtold que se ganó su confianza y la de sus padres. A través de un plan macabro, el hombre pudo llevar adelante la peor de las perversiones y le hizo creer que había sido tomada por alienígenas.
Además de ser la productora, también aparece en el final de la serie, en la que interpreta a una terapeuta que asesora a Mckenna Grace, quien interpreta a una versión joven de Jan que todavía es leal a su secuestrador y abusador, Robert “B” Berchtold (Jake Lacy).
Fue el 17 de octubre de 1974, cuando Robert le pidió permiso a Mary Ann para llevar a Jan a andar a caballo al campo. Para ese momento, el hombre pasaba bastante tiempo con la niña de 12 años y tenían una relación particular para la diferencia de edad que existía entre ambos. Sin embargo, debido a la confianza que los Broberg tenían sobre Berchtold, la dejaron ir.
Jan descubrió la verdad hasta los 16 años.
En el 2004, la Justicia declaró a Robert Berchtold culpable del delito de acoso contra Broberg y lo citó para la semana próxima para una audiencia en la que le harían saber su sentencia. Sin embargo, antes de ello, se suicidó.
¿Qué te interesó más de llevar tu historia a la pantalla como una serie dramática?
— Siempre hay razones para contarle a alguien y compartir tu historia, pero al menos para mí, nunca habría comenzado a compartir esta historia públicamente a menos que pensara que podría ayudar a la gente. Cuando nació mi hijo, miré a este nuevo ser humano perfecto, precioso e impresionante en el planeta y pensé: “Espera un momento, ¿cómo voy a protegerlo?”. Me di cuenta de que tenía que contar mi historia. Pero si no se cuenta de manera integral, entonces no puede relacionarse con el máximo número de personas, y eso para mí sería una tragedia porque entonces es solo una historia sensacionalista más y eso no ayuda a nadie. Una serie dramática me permite contar nuestra historia de manera más completa para que la audiencia pueda identificarse con lo que nos pasó a mí y a mi familia. La realidad es que el tipo de abuso más común es a manos de alguien que conoces y también es el abuso del que menos se habla. El abusador (97 de cada 100 veces) no es un extraño sino alguien conocido por el niño, y ese es el hilo conductor que une mi historia y millones de otras historias de agresión sexual infantil.
¿Qué fue lo más doloroso en estas revelaciones?
— En el documental, los miembros de mi familia y yo contamos nuestras experiencias de forma individual y por separado con gran transparencia, porque realmente esperábamos que ayudara a alguien más. Mis padres eran muy vulnerables y humildes, compartían cada detalle sin editar nada de la narrativa y esto los abrió a muchas críticas y culpas. Me sorprendió muchísimo, ya que tengo los mejores padres del mundo. Fue entonces cuando me di cuenta de que muchas personas no entienden que el grooming (engaño pederasta) les ocurre a todos en toda la órbita alrededor de quien será la víctima. Entonces, lo más importante para mí era contar nuestra historia de una manera con la que la gente pudiera identificarse para que pudieran vernos como los seres humanos multifacéticos que éramos en nuestra amorosa familia normal. Éramos personas desprevenidas, confiadas, amables e imperfectas.
A simple vista, tu historia es impactante, ¿pero por qué consideras que se vuelve tan identificable?
— Es increíblemente identificable esta historia porque éramos una familia muy normal y feliz. Mi papá era realmente un padre y un amigo increíble para todos, y mi mamá era la persona más dulce y ecuánime que jamás hayas conocido. Mis hermanas Karen y Susan y yo vivíamos en Camelot, en un mundo donde íbamos en bicicleta al supermercado, jugábamos juegos nocturnos con nuestros amigos del vecindario y cantábamos canciones de ABBA, Partridge Family, Jackson Five y Osmonds con nuestros micrófonos de cepillo para el cabello. Podíamos pasar horas nadando con nuestros primos en el club de tenis o patinando con nuestra mejor amiga, Caroline, sin que nadie se preocupara. Teníamos una comunidad tan maravillosa. Conocíamos a todos nuestros vecinos y con algunos de ellos íbamos a la iglesia, a la escuela y participamos en musicales comunitarios. Mi historia es la historia de terror más común que existe. Conocemos, a veces amamos y a menudo confiamos en los abusadores. Es una historia con la que te puedes identificar.
¿Cuál fue tu experiencia con Anna Paquin quien personifica a tu madre, Mary Ann?
— Realmente adoro este cast y creo que se eligió a las personas adecuadas para los papeles correctos. Anna y yo tuvimos algo de tiempo para hablar un poco antes de que comenzara la filmación y ella fue muy genuina al querer hablar conmigo y con mi mamá. Ella también era muy perspicaz y realmente podía ver a todos como seres humanos plenos porque las personas no son solo una cosa.
¿Qué rescataste más de lo que le brindó Colin Hanks al papel de tu padre, Bob Broberg?
— Fue realmente asombroso ver la habilidad de Colin para capturar el humor de papá y transmitir la sinceridad de tratar de ser un buen hombre y un hombre fiel, especialmente de una manera que no es extrema, algo que a menudo se retrata con cualquier personaje que sea un miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días - los mormones - o cualquier otra religión. Su interpretación tiene lo que siempre había esperado si alguien fuera a interpretar a mi papá: un hombre honesto, afable, amable, reflexivo y bueno.
¿Cómo te sentiste al ver la interpretación de Jake Lacy como tu secuestrador?
— Diré que lo que me sorprende de Jake Lacy como actor y en este papel es que era totalmente capaz de ser tan afable, encantador, amable y adorable, por un lado, y luego fue capaz de -con un brillo en los ojos- comunicar que está tramando algo. Ellos parecen los buenos porque son muy buenos en eso y se parecen a las personas que conoces, amas y en las que confías. No podría haber sido más perfecto en el papel. Hipnótico. Mágico.
¿Cómo fue visitar el set de filmación y ver recreados momentos de tu vida?
— Quiero que estas escenas se relacionen con una madre soltera que está saliendo con alguien y dicen “Espera un momento. Le presta demasiada atención a mi hija de 7 u 8 años”. Es por eso que mamá y yo escribimos el libro y es por eso que mi hijo Austen ha estado produciendo una serie de podcasts que me ayudan a contar las historias de otras personas, junto con expertos y conversaciones en mesas redondas. Los problemas y las angustias son manejables y pueden tener solución si puedes hablar de ellos. Lo llamamos “curación de historias”. Los secretos y el silencio son los verdaderos asesinos. El sonido de un niño maltratado es el silencio.
¿Qué esperas que resuene más en la audiencia al mostrar la historia a través de tu mirada?
— Esta ha sido una oportunidad increíble y me siento privilegiada de poder contar mi historia y no solo de poder contarla sino de poder tener una voz en su producción. Espero estar siempre al servicio de esta enfermedad particularmente común y terrible en nuestra sociedad. Las historias son horribles, pero aun así muchos continúan de alguna manera haciendo la vista gorda y callando, avergonzando y culpando, y sin creer en la multitud de víctimas y sobrevivientes.
Paso por México
La búsqueda duró 35 días, hasta que Robert llamó a su hermano Joe para pedirle que le diga a los padres de Jan que si no firmaban un permiso para que se casara con su hija, no volverían a Estados Unidos. En ese momento, le contó que se habían casado en Mazatlán, Sinaloa, ya que en ese país era legal el matrimonio a partir de los 12 años. Rápidamente, el FBI rastreó la llamada y localizaron al sospechoso en un hotel. Allí, acudieron agentes federales que lo detuvieron y lograron rescatar a la pequeña.
¿Cuándo se estrena?
- 14 de agosto en exclusiva por Universal+.