El reconocido luchador de artes marciales mixtas, Ronaldo “Lazy Boy” Rodríguez, compartió una conmovedora historia de su niñez durante una entrevista con el comediante Franco Escamilla.
A pesar de su éxito actual en la UFC, Lazy Boy reveló que su camino hacia la fama estuvo lleno de desafíos y dificultades. Crecer en un entorno de escasos recursos fue una constante en su vida, especialmente tras el abandono de su padre.
En su relato, Rodríguez recordó cómo la vida con su madre, quien trabajaba arduamente para mantenerlos, era una lucha diaria. La falta de dinero para comprar juguetes llevó al joven Lazy Boy a tomar decisiones cuestionables.
Confesó haber robado Hot Wheels, los populares autos de juguete, cuando tenía entre siete y ocho años. “En aquel entonces, no había dinero en casa. Mi mamá vivía al día y yo sabía que si le pedía uno, ella me diría que no. Así que pensé que era más fácil conseguirlos de otra manera”, explicó Rodríguez.
Lección sobre honestidad
Sin embargo, el luchador no se limitó a robar un solo carrito; realizó esta acción en varias ocasiones hasta que su madre lo sorprendió. En ese momento, tuvo una conversación sincera con él sobre la importancia de la honestidad.
En su charla con Escamilla, también expresó su agradecimiento hacia su madre, quien siempre trató de guiarlo por el camino correcto a pesar de las circunstancias difíciles. La figura materna jugó un papel crucial en su desarrollo, enseñándole lecciones de vida que llevaría consigo a lo largo de su trayectoria.
La historia de Lazy Boy resonó profundamente con Escamilla, quien decidió regalarle un Hot Wheels de colección y un trenecito de Fisher-Price, evocando la nostalgia de su propia infancia.
Muchos seguidores mencionan que la anécdota de Lazy Boy es un recordatorio del impacto que la pobreza puede tener en la vida de una persona, así como la capacidad de aprender y crecer a partir de las experiencias difíciles.