Mike Tyson, exboxeador conocido tanto por su ferocidad en el ring como por su excéntrico estilo de vida, es famoso por haber mantenido tigres de Bengala como mascotas.
Aunque su relación con estos felinos se convirtió en una de las anécdotas más icónicas de su vida, también trajo consigo polémicas y desafíos legales, especialmente cuando perdió la custodia de uno de ellos por un incidente inesperado.
Según declaraciones de Shelly Finkel, antiguo representante de Tyson, el problema surgió cuando el boxeador sacaba a uno de sus tigres de paseo.
En un momento, el animal escaló una pared para atacar al perro de un vecino. Aunque Tyson logró recuperar al tigre antes de que ocurriera algo grave, el incidente fue reportado a la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (ASPCA), quienes intervinieron de inmediato.
Debido a la ausencia de permisos legales para mantener al tigre en casa, Tyson tuvo que entregarlo.
Tres tigres
El amor de Tyson por los tigres comenzó mientras cumplía una condena en prisión, tras una conversación con un traficante de coches.
A través de un peculiar intercambio, adquirió tres tigres por 71,000 dólares. Estos animales no solo requerían altos costos de mantenimiento, sino que también protagonizaron varios momentos inolvidables.
Uno de sus tigres, llamado Kenya, pesaba 250 kilos y dormía en la misma habitación que Tyson.
Según él, desarrollaron un vínculo emocional fuerte, aunque en una ocasión Kenya atacó a una persona, arrancándole el brazo. A pesar de los riesgos, Tyson afirmó que solo fue mordido una vez mientras vacunaba a uno de sus felinos, requiriendo siete puntos de sutura.
Pasión por las palomas
Además de los tigres, Tyson ha tenido una fascinación desde pequeño por las palomas. Hoy en día, cría a varias especies en una pajarera ubicada en su hogar, un pasatiempo que considera terapéutico.