Ana de la Reguera, Vico Escorcia, Juanpa Zurita y Cristo Fernández vivieron un divertido caos al filmar la cinta Una pequeña confusión que se estrena esta Navidad en las salas de cine en México.
Publimetro platicó con los protagonistas de la comedia mexicana, en la que tres alternaron como actores y productores (Ana, Juanpa y Cristo).
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“Creo que fueron distintas etapas en las que nos unimos al proyecto. Te puedo decir que a mí me encantó el guion, escrito por Marcos Bucay. Me reí cuando lo estaba leyendo, pero también me hizo reflexionar sobre muchas cosas. Creo que muestra las presiones sociales que cada personaje vive en sus familias, en sus ambientes de trabajo y en la vida. Creo que es muy fácil juzgar, es muy fácil criticar pero también invita a entender a los demás antes de tomar una decisión. Para mí, ha sido algo muy chido, un proceso colaborativo padrísimo, que es lo que me llevo como mayor aprendizaje de nuestra película”, compartió Cristo Fernández.
La historia inicia cuando dos parejas recurren a la inseminación artificial como último recurso para ser padres. La ciencia no falla y la prueba da positivo, pero los humanos sí: una “pequeña confusión” provoca que el doctor intercambie accidentalmente las muestras de esperma. Este ligero cambio de planes trastoca las vidas de Lola y Cuauh (Ana de la Reguera y Cristo Fernández), una pareja progresista de clase media con espíritu libre, y de Íñigo y Majo (Juanpa Zurita y Vico Escorcia), un dúo joven y conservador que vive en una burbuja de privilegio.
“Era muy interesante, cuando leía el guion, de que siendo tan estudiada y siendo además maestra de universitaria de feminismo (Lola), se la pasara juzgando a Majo. Por más que sepamos o que estemos conscientes de apoyar a otra mujer, siempre juzgamos a las otras personas que piensan diferente a nosotros y siempre tenemos como un prejuicio. El personaje tiene ese arco donde crece y dice, ‘yo no tengo toda la razón y también tengo que adaptarme para que esto funcione’, porque no nada más es mi hijo, es el hijo de todos. Lola quiso desarrollarse, crecer y ser profesional, pero también otras mujeres quieren quedarse en casa y tener una vida más tradicional; lo más importante es la igualdad”, explicó Ana de la Reguera.
Con dos bebés en camino y mucho que explicar, ambas parejas confrontan nuevas realidades.
“Fue un proceso abordar a Íñigo, porque representa a varias personas que conozco, que compartí salón (escuela) con ellos, que no necesariamente eran mis personas favoritas cuando era más chico. Era, un poco, la antítesis del camino que yo he tomado, porque es todo tradicional, es todo convencional. El reto fue cómo abrazar a alguien que tiene esas creencias y cómo no juzgarlo, sino entender que es una persona que tiene un gran corazón y que es como un niño grande que no entiende muy bien todavía la vida. Al final, me encariñé mucho con íñigo, porque siento que no le salen las cosas bien, no hay nada más divertido que ver a un personaje que tiene tantas fallas o tantas áreas de oportunidad”, añadió Juanpa Zurita.
Para Vico Escorcia su personaje de Majo le permitió explorar emociones distintas, “esta película llega en un momento muy importante a México, porque estamos bastante divididos y, de pronto, nos defendemos mucho con esta bandera de: ‘yo tengo la razón, yo sé lo que está bien y lo que está mal’. Y pareciera que las parejas tienen ese acercamiento originalmente, pero creo que lo bonito es que conforme se desarrolla la historia, vamos encontrando que no necesariamente necesitamos estar de acuerdo con alguien para quererlos, tener una amistad crear una familia juntos. Qué bonito es poder retratar a estas dos mujeres (Majo y Lola) que a pesar de ser sumamente distintas, se quieren, se entienden, se acompañan y se apoyan mutuamente”.
¿Despertó el instinto de los actores a ser padres?
“Tuvimos bebés en el set, que eso también fue algo muy retador, porque eran bebés recién nacidos. Entonces, esos bebés y tenerlos ahí como que hubo sensaciones que vinieron, tanto de los personajes y personales, al tener un bebé en brazos. Yo no quiero ser ahorita papá, la verdad, pero no digo que no, ya será algún día”: Cristo Fernández.
“Fue una experiencia muy bonita, fue parte de este proceso de descubrimiento como actor y en este proceso con mis amigos. Justo en la última escena, no quiero mucho spoilear, pero en mi caso no soy mamá, pero me acuerdo cuando cargué este bebito, como dice Cristo, recién nacido. Y la neta no tuve que hacer nada, me emocionó. Además, me acuerdo que agarró mi dedito y me solté a llorar; el bebé se hizo pipí en mi bata. Cuando terminé la escena y cuando salí en el corte a comer, dije, cero quiero tener hijos (risas)”: Ana de la Reguera.
“Creo que me di cuenta durante este proceso (embarazo) quien realmente se lleva la carga es 100% la mujer. Pude probar la inutilidad del hombre en este proceso, como de ver a Íñigo y a Majo completamente desubicados de cómo aportar o de cómo sumar; incluso cuando la regaban. A pesar de que en mi cabeza yo sí quiero una familia, me hizo darme cuenta que es una decisión que sin duda va a marcar un antes y un después para siempre. Me hace reflexionar que cuando llegue a tomar esa decisión, ojalá la pueda hacer de la forma más consciente posible porque me hizo darme cuenta del cambio tan drástico que recibes cuando traes una nueva vida a este planeta”.
Al recordarle al influencer que pronto será tío agregó, “a veces está chingón, porque es como que no tengo la responsabilidad, pero sí tengo la parte bonita, ¿sabes? Lo puedo mal influenciar, puedo darme toda la parte buena. Además, la gente me felicita. Entonces, es buenísimo porque no hice nada. Felicidades, wow”.
“Para mí un poco lo mismo que Ana, el sostener de pronto, y tuvimos en distintas escenas bebés en set, pero sostener un bebé recién nacido y darte cuenta en ese momento que si te pones en esa situación, ese bebé depende completamente de ti para sobrevivir. Y te da un vértigo que, por un lado, da muchísimo miedo y, por otro, muchísima emoción y muchísimo. Y es un amor que, si bien no he experimentado porque no soy mamá, estar en ese momento como con la imagen del bebé moviéndose en tus brazos, sentir su calorcito y sentir que es un ser vivo que depende de ti, pues me hizo darme cuenta de que sí me gustaría ser mamá, que no estoy lista, pero que es algo hermosísimo. Me conmovió mucho”, dijo Vico.
Claves de Una pequeña confusión
Comedia. El director argentino Ariel Winograd, se basó en el guion de Marcos Bucay para llevar al cine una historia atípica con personajes que se ven forzados a unir sus vidas por sangre a pesar de que no tienen nada en común
Retrato. El filme, de 107 minutos, refleja a dos parejas dentro de un contexto social diferente, que aprenden a vivir sin prejuicios.
Clasificación. Es para mayores de 12 años de edad (B).
¿Cuándo se estrena Una pequeña confusión?
- 25 de diciembre llega a la cartelera mexicana.