Gal Gadot reveló su experiencia al ser diagnosticada con un coágulo en el cerebro durante su embarazo. En su relato destacó su temor por el bienestar de su hija y compartió reflexiones acerca de la fragilidad de la vida.
En una publicación de Instagram, la actriz reconocida por interpretar a la Mujer Maravilla se desahogó sobre las dificultades que pasó durante su más reciente embarazo. “Este año fue uno de los retos más grandes y de las reflexiones más profundas a las que me he enfrentado”, comenzó el post.
“Puede que esta sea mi manera de procesar todo, de abrir la cortina sobre la frágil realidad de los momentos curados que compartimos en redes sociales. Sobre todo, espero que al compartir esto pueda concientizar y apoyar a quienes estén pasando por algo similar”, expresó en la descripción de una foto de ella en el hospital, cargando a su recién nacida.
¿Qué le pasó a Gal Gadot?
Fue así, que la actriz de 39 años confesó su experiencia durante el embarazo: “En febrero, durante mi octavo mes de embarazo, fui diagnosticada con un coágulo masivo en el cerebro”.
Entre los síntomas de este padecimiento, Gadot resaltó los dolores de cabeza intensos que no la dejaban levantarse de la cama: “Mi familia y yo nos vimos obligados a enfrentarnos a lo frágil que puede ser la vida. Fue un recordatorio de lo rápido que puede cambiar todo, y en medio de un año complicado, lo único que quería era aguantar y vivir”.
“Corrimos al hospital y en pocas horas me sometí a una cirugía de emergencia. Mi hija Ori nació en ese momento de incertidumbre y miedo. Su nombre que significa ‘mi luz’, fue elegido por la situación. Antes de la cirugía le dije a Jaron que cuando nuestra hija llegara, ella sería la luz que me esperara al final de este túnel”, sentenció y aclaró que actualmente está completamente sana: “Hoy estoy completamente curada y llena de gratitud con la vida”.
“Al compartir esto no quiero asustar a nadie, sino empoderar. Si solo una persona decide tomar acción por su salud debido a esta historia, habrá valido la pena compartirla” expresó y concluyó: “Dar a luz es un milagro, una prueba de la fuerza y resiliencia de nuestros cuerpos y espíritus. Pero al mismo tiempo nos demanda mucho y nos recuerda cuidar de nosotros mismos tan ferozmente como cuidamos de otros”.
