La segunda temporada de El juego del calamar, estrenada el pasado 26 de diciembre en Netflix, generó gran expectación entre los fanáticos de la exitosa serie surcoreana. Sin embargo, más allá de su atrapante trama, un descuido en la edición de uno de los episodios se convirtió rápidamente en el centro de atención y motivo de debate en las redes sociales.
En el episodio final de la temporada, exactamente en el minuto 22 con 39 segundos, los seguidores más atentos notaron un error que rompió la inmersión de la narrativa. Durante una escena clave en la que el protagonista, Gi-hun, y su equipo planifican un ataque contra los guardias, la cámara captura involuntariamente la presencia de un camarógrafo en el fondo. Este desliz, aunque breve, se viralizó en cuestión de horas, atrayendo tanto críticas como bromas por parte de los internautas.
Las opiniones de los fanáticos variaron ampliamente. Por un lado, algunos criticaron la falta de supervisión en una producción de tan alto presupuesto, considerando sorprendente que un detalle así pasara desapercibido. “¿Cómo es posible que no se hayan dado cuenta de algo tan evidente?”, se preguntaban indignados algunos usuarios en redes sociales.
Por otro lado, un sector del público tomó el incidente con humor, llenando plataformas como Twitter e Instagram de memes que ironizan sobre la situación. “Hasta los mejores cometen errores”, comentó un fanático, aludiendo a otros fallos famosos en producciones de renombre. Este tono desenfadado ayudó a suavizar el impacto negativo del error, convirtiéndolo en una anécdota más que en una mancha para la serie.
El éxito de la temporada no se ve opacado
A pesar de la controversia, la segunda temporada de El juego del calamar continúa consolidándose como un fenómeno mundial. Con su capacidad de mantener a la audiencia al borde del asiento y una narrativa llena de tensión, la serie sigue sumando elogios y manteniendo altas cifras de audiencia. Los fanáticos ahora están pendientes de la confirmación de la fecha de estreno de la tercera temporada, mientras el error de edición queda como un recordatorio de que incluso las grandes producciones son imperfectas.
