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Mariana Gajá en “Entre Pancho Villa y una mujer desnuda”, la sexualidad femenina aún incomoda

La actriz consideró que dentro de una sociedad como la mexicana, la figura de la mujer madura es vista muchas veces como fuera de lugar

Mariana Gajá se encuentra en plena temporada de la aclamada obra “Entre Pancho Villa y una mujer desnuda”. La puesta en escena que se estará presentando en el Zócalo capitalino hasta el 6 de abril, es una mirada contemporánea a los temas de igualdad de género y la revolución cultural que las mujeres están viviendo desde hace varios años. En entrevista para Publimetro, la actriz comparte su experiencia en una obra que desde su estreno en los años 90, ha roto esquemas.

La actriz con una sólida carrera en cine, televisión, pero sobre todo en teatro, se siente emocionada de ser parte de la nueva puesta en escena de esta emblemática obra que, bajo la dramaturgia y dirección de Sabina Berman, invita a reflexionar sobre la relación de género en torno a la figura de Pancho Villa. La obra presenta a Gina, una mujer de casi 50 años que, en la trama, se enamora de Adrián, un hombre considerablemente más joven que ella, lo que genera una reflexión sobre los prejuicios sociales y la persistente mirada machista de la cultura mexicana.

La obra, que se presenta en el Zócalo capitalino, cuenta con un elenco conformado por Moisés Arizmendi, Roberto Cázares, Conchi León, Tato Alexander, Verónica Bravo, Andrés Delgado y Demetrio Bonilla, y se enmarca en el Festival Tiempo de Mujeres, una plataforma para resaltar la importancia de la igualdad de género.

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Una revolución en los 90

La actriz recuerda que fue invitada por Sabina Berman a una lectura de la obra el año pasado, y rápidamente se sintió conectada con el personaje de Gina. Gajá rememora cómo, cuando la obra se estrenó en los años 90, le causó una gran impresión. La vio por primera vez con el elenco encabezado por Diana Bracho y Jesús Ochoa, y así la temática y la puesta en escena la marcaron profundamente.

“Fue una obra que rompió esquemas, que tocó temas que en su momento eran impensables y que ahora siguen vigentes”, comentó. Sin embargo, destaca cómo, aunque han pasado más de 20 años desde su estreno, la obra sigue siendo relevante y sigue cuestionando estructuras arraigadas en la sociedad.

La sexualidad femenina aún causa controversia


En cuanto a la temática de la obra, Gajá reflexiona sobre cómo, aún en pleno siglo XXI, una mujer madura que se enamora de un hombre más joven sigue siendo una situación que genera controversia. Considera que dentro de una sociedad como la mexicana, la figura de la mujer madura es vista muchas veces como fuera de lugar, casi como si ya no tuviera derecho a la sexualidad o al placer.

A menudo, las mujeres mayores son percibidas como madres o figuras sin deseo, lo que se refleja también en los medios de comunicación y las historias que se cuentan. Por ello, destaca la importancia de abrir un espacio para que las mujeres de más de 40 años, que siguen siendo parte fundamental de la sociedad, tengan representación en los escenarios y en las historias.

Mariana también hace una crítica a cómo los medios y las plataformas como Netflix siguen replicando ciertos estereotipos. Las historias de mujeres mayores que se enamoran de hombres más jóvenes son raras, pero a la inversa, cuando se trata de hombres maduros que tienen relaciones con mujeres mucho más jóvenes, es una narrativa mucho más común.

La obra también se distingue por su formato, ya que se presenta al aire libre en el Zócalo, rompiendo con la idea de que el teatro debe ser exclusivo de recintos cerrados y elitistas. Para Mariana Gajá, el hecho de estar en un espacio público representa una forma de acercar el teatro a la gente, de romper con esa barrera invisible que a veces separa al público de este arte.

La respuesta del público ha sido increíble, incluso en situaciones inesperadas como los gritos o las reacciones espontáneas que surgen durante la función. “Es increíble ver cómo el público se entrega de esta manera, cómo se ríen, cómo se conectan con la obra”, comentó.

“A veces la carrera es cruel, pero es hermosa”


A lo largo de su carrera, que ya suma casi 28 años, Mariana ha aprendido a no rendirse y a perseverar. A lo largo de este tiempo ha enfrentado las dificultades propias de una carrera tan demandante como la actuación, donde la competencia es feroz, la paga no siempre es justa y el sacrificio es constante. “A veces la carrera es cruel, pero es hermosa”, dice. Y es precisamente esa perseverancia lo que le ha permitido llegar hasta aquí, trabajando en proyectos como este que le devuelven el entusiasmo y la gratitud por seguir adelante.

Uno de los puntos que más resalta la actriz es cómo el teatro, como arte, es celoso. “El teatro no te quiere si le das la espalda. Pero si estás ahí, trabajando, te da esos regalos únicos de la vida”, expresó.

Finalmente, Gajá reconoció que, aunque ha trabajado en otros medios como la televisión y el cine, es el teatro lo que más la ha nutrido como artista. Si bien también disfruta de su participación en otros formatos, el teatro siempre le ha ofrecido un espacio de conexión directa con el público y un desafío constante a nivel personal y profesional.

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