Culiacanazo: herederos del narco no es una serie de ficción, sino un documental que revela los detalles de un fallido intento de captura que movilizó a las fuerzas de seguridad en Culiacán en 2019.
El país vivió una sacudida tras este hecho, que desató una ola de violencia sin precedentes en Culiacán, Sinaloa. El cártel reaccionó con fuerza, provocando un caos total y dejando un saldo trágico de víctimas mortales.

El primer episodio da visibilidad a las decisiones críticas que definieron ese oscuro día y cómo la incertidumbre sobre lo ocurrido sigue marcando el debate. En el segundo episodio, titulado Los Chapitos, la liberación de uno de los líderes del Cártel de Sinaloa genera un impacto significativo en el panorama del crimen organizado, fortaleciendo la influencia de los hijos de un influyente capo, quienes consolidan su posición junto a otro líder histórico de la organización.
<i>“El ser humano es capaz de lo peor, pero también de lo mejor. Nuestra labor es transmitir eso”.</i>
— Fátima Lianes, directora
Su fallida captura convirtió a este hombre en un ícono dentro de la cultura del narcotráfico, siendo inmortalizado en canciones e imágenes populares.
La directora Fátima Lianes y el periodista Jesús Bustamante, quien funge como testigo y asesor local de la serie, narran una perspectiva profunda y reveladora de los eventos que sacudieron a México.
Fátima, ¿cómo lograste acceder a estos testimonios y a estas imágenes tan impactantes?
— Bueno, esto, por supuesto, a nivel de dirección y para contar una historia, es uno de los mayores retos. Antes que nada, uno se cuestiona: ¿por qué quiero contar esta historia?, ¿para qué quiero contarla? y ¿para quién? Es una historia tremendamente compleja, con muchas capas, y mi primera visión fue que esto debía contarse para un gran público. Es un tema difícil de entender. Estuvimos dos años investigando, buscando el mayor número de voces posible para cubrir todas las aristas, todas las perspectivas, porque el tema del narcotráfico es, lógicamente, muy complejo.
Pero el mayor reto era encontrar ese equilibrio entre la rigurosidad periodística, la narrativa visual y la narrativa de guion. Finalmente, optamos por un tono de thriller para que la audiencia se mantuviera comprometida con el producto. Pero, sobre todo, la sensibilidad con la que se cuenta la historia era primordial, porque hay personas que han sufrido mucho con estos hechos.
¿Qué querías mostrar y qué decidiste guardar?
— Hay imágenes realmente perturbadoras, y encontrar un equilibrio entre la narrativa, la rigurosidad periodística y la sensibilidad al narrarlas fue fundamental. Espero que lo hayamos conseguido. Ha sido un proceso de investigación muy largo y también un reto a la hora de buscar personajes. Me preguntas cómo lo hicimos… Yo creo que, cuando buscas voces y te acercas con una mirada honesta, con el corazón abierto y dejando claro que esta no es una historia que busca vanagloriar la violencia ni caer en el sensacionalismo, sino abrir una reflexión y plantear preguntas importantes no solo para México, sino para el mundo entero, las personas están dispuestas a hablar.
La clave es que la mirada no sea de juicio, sino de apertura, permitiendo que las personas se expresen y ayudándonos a entender por qué toman ciertas decisiones, incluso en momentos o contextos extremos. Y esa era la intención.
Esta historia sigue generando consecuencias y sigue repercutiendo en la sociedad: extradiciones, el caso de Los Chapito. ¿Qué plantea la serie respecto al origen y la evolución de este fenómeno?
“Sí, bueno, la serie tiene su origen en los hechos acontecidos en 2019 con el primer Culiacanazo, pero la idea era partir de ese evento concreto para abordar algo mucho más amplio, algo que sigue sucediendo hoy. Queríamos arrojar luz sobre los estados de violencia que todavía afectan a la población de Sinaloa y, sobre todo, sobre la necesidad de recuperar la confianza en las instituciones para encontrar una solución. En el cuarto episodio, obviamente, profundizamos más en la actualidad de lo que está pasando en Sinaloa”, señaló la directora.
¿Qué te permiten explorar los documentales?
—Yo sigo trabajando en estos temas porque, como documentalista, mi labor es arrojar luz sobre lugares donde suele haber oscuridad. Estamos en un punto de inflexión para la humanidad: necesitamos más información, más claridad y también más esperanza, incluso en contextos tan difíciles como este. Acabo de regresar de Ruanda y, mientras estaba allá, reflexionaba: si después de un genocidio ha sido posible la paz en ese país, ¿por qué no en México? ¿Por qué no pensar que también aquí podemos aspirar a la paz, a la esperanza y a una vida mejor?

Jesús Bustamante: “El valor del documental está en su enfoque plural”
Jesús Bustamante señaló la importancia de mostrar estas historias si me preguntas el por qué la gente debería verla... “Es precisamente la idea de que una historia local—que, en este caso, no lo fue tanto porque trascendió fronteras—pueda ser contada de una manera real. Como bien mencionas, muchas veces nos quedamos solo con la información que nos llega de una fuente o de otra, pero aquí se hizo un trabajo de investigación con el objetivo de incluir a la mayor cantidad de voces posibles. Se buscó que las personas contaran su experiencia sobre el mismo suceso.
Eso es lo que le da un valor adicional: la información no está sesgada ni dirigida hacia un solo punto de vista, sino que intenta abarcar todas las perspectivas. Eso genera conciencia en quienes lo ven, permitiendo que sean ellos mismos quienes saquen sus propias conclusiones.
Se trata de entender qué falló en este operativo y qué llevó al desenlace que hoy conocemos como el Culiacanazo, pero sin lucrar con las víctimas.
“Fátima lo explicó perfectamente: si te acercas con honestidad y explicas el enfoque y el tratamiento que se le dará a sus testimonios, las personas están dispuestas a hablar. En Culiacán hay mucho por contar, porque cada persona vivió ese día de una manera distinta y con experiencias particulares. Expresar esas vivencias puede ayudar a reflexionar y a generar cambios para que la violencia no siga marcando la historia de Sinaloa ni de México. Ese es el verdadero objetivo de este documental”, dijo el periodista.

¿Dónde ver Culiacanazo?
Los cuatro capítulos: Los Chapitos, Cazar al ratón y el último, Arde Sinaloa que se estrenará el 3 de abril, pueden verse por Max.