Rigo Tovar, uno de los cantantes más famosos de la escena musical mexicana, marcó a varias generaciones con sus canciones que hasta el día de hoy suenan en las fiestas familiares.
Es uno de los rostros más recordados por el público y sus obras son parte de la cultura del país, pues su estilo distintivo, su personalidad, su look y sus composiciones hicieron del originario de Matamoros, Tamaulipas, una de las estrellas más prolíficas.
Pero su vida no sería un completo éxito, pues el cantante fue perdiendo la vista paulatinamente por una condición llamada retinitis pigmentosa, situación que sus seguidores presenciaron con el paso del tiempo.
Su vida llegaría a su fin el 27 de marzo de 2005 a consecuencia de un paro respiratorio cuando tenía 58 años de edad.
Su trayectoria estuvo marcada de altibajos, pero también por polémicas, sobre todo por su controversial matrimonio con Isabel Martínez, quien era más de 15 años menor que él.

Rigo Tovar conoció a su esposa cuando ella tenía 13 años
En una reciente entrevista con Matilde Obregón, Isabel Martínez, viuda del cantante, reveló cómo fue que conoció a Rigo. Aunque él ya tenía 30 años, aún no se consagraba como un gran músico nacional:
“Mi cuñada era de Matamoros y ella sí conocía a Rigo. Ese día la invitaron a ese baile, pero mi hermano también era músico y me llevaron como chaperona. En el estacionamiento estaba Rigo con unas personas. Le acababan de vender su casa para una hermana a Rigo”, recordó.
Rigo Tovar fue el primero en interesarse en la menor y en querer establecer un contacto más allá de lo convencional:
“Me presentan con él y ahí es cuando Rigo me ve y me dice ‘mucho gusto, Señorita’ y ya no me soltó la mano. Así lo conocí, Mandó a uno de sus ayudantes para tomarnos una foto todos, pero después dijo ‘tómame una con la señorita’ y ahí me pidió mi teléfono”, continuó.
Isabel Martínez confesó que sí se sintió atraída por él, pero que fue su forma de ser lo que realmente la convenció sobre él.
“Sí me gustó, pero su manera de ser eso fue lo que a mí me atrajo. Esto pasó en un Día del Maestro, de 1976. Al día siguiente me lo encuentro. Me fui con mis amigos porque no tuvimos clases. Cuando yo entro, él estaba sentado con uno de sus músicos, se me queda viendo y me dice ‘señorita, buenos días‘. Me acerqué y me preguntó si me había gustado su música, me senté con él, pero algo no me gustó. Me dijo ‘yo voy a tocar en Torreón y la invito. Yo la traigo de regreso’. Rigo ya tenía 30 y es que yo vivía en provincia. Yo viajaba con mi papá y por eso le dije que no. La alerta me dijo esto no está bien”.