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Beneficios de practicar yoga en silla

Existe una alternativa suave de yoga que casi todo el mundo puede practicar, y además se adapta fácilmente a diferentes entornos.

Existe una alternativa suave de yoga que casi todo el mundo puede practicar, y se adapta fácilmente a diferentes entornos. Foto: Freepik.
Yoga en silla. Existe una alternativa suave de yoga que casi todo el mundo puede practicar, y se adapta fácilmente a diferentes entornos. Foto: Freepik. (Ivan Svyatkovsky)

Si no tienes tanta movilidad como antes, es posible que pienses que el yoga no es para ti. Después de todo, en el yoga tradicional realizas ejercicios y posturas de pie, sentado y acostado. Puede que se necesite fuerza, flexibilidad y equilibrio para moverse entre las posturas.

Sin embargo, existe una alternativa suave de yoga que casi todo el mundo puede practicar, y se adapta fácilmente a diferentes entornos. Es una buena opción para personas como adultos mayores con limitaciones como artritis, dolor articular o flexibilidad reducida.

El yoga en silla es de una forma suave de ejercicio y de practicar yoga que adapta las posturas de yoga para hacerlas sentado o usando la silla como apoyo. Practicar yoga en silla te permite obtener los beneficios mentales y físicos del yoga incluso si no puedes hacer las posturas tradicionales.

BENEFICIOS

Fuerza y estabilidad del núcleo mejoradas: Los suaves estiramientos del yoga en silla ayudan a relajar al cuerpo y a eliminar la rigidez. De esta manera, tu cuerpo gana gradualmente más rango de movimiento sin forzarlo ni esforzarte, lo que alivia, entre otras cosas, la rigidez matutina.

Flexibilidad y rango de movimiento mejorados: La silla proporciona una base estable para explorar un mayor rango de movimiento y, al mismo tiempo, disfrutar de un menor riesgo de distensiones musculares y lesiones relacionadas con el ejercicio.

Bajo impacto, suave con las articulaciones: La práctica permite realizar movimientos dentro de rangos indoloros, perfecta para personas con artritis o sensibilidad articular, para adultos mayores o para cualquier persona que busque una actividad de bajo impacto. Deja las articulaciones sanas y libres de lesiones.

Mejor postura y alineación: El yoga en silla enseña a tomar conciencia de la alineación correcta de la columna vertebral, mejorando la postura de forma gradual y natural a través de posiciones sentadas cuidadosamente seleccionadas.

Reduce el estrés: El yoga en silla combina el movimiento con la atención plena. La respiración profunda combinada con posturas suaves ayuda a calmar los pensamientos acelerados y te enseña a concentrarte en el momento en lugar de preocuparte por lo que ya ha sucedido o por lo que sucederá.

Mejora la concentración: Seguir las señales de respiración mientras haces posturas también agudiza tu concentración mental y ayuda a combatir la ansiedad y la depresión al inundar tu cerebro con sustancias químicas que te hacen sentir bien.

Recuerda que, como su nombre lo indica, el yoga en silla es una variante del yoga sumamente sencilla y accesible para todas las personas que no tienen experiencia previa. Combina las posturas o ‘asanas’ básicas con la posibilidad de realizarse estando sentado o apoyarse de una silla para que sea mucho más sencillo.

Existe una alternativa suave de yoga que casi todo el mundo puede practicar, y se adapta fácilmente a diferentes entornos. Foto: Freepik.
Yoga en silla. Existe una alternativa suave de yoga que casi todo el mundo puede practicar, y se adapta fácilmente a diferentes entornos. Foto: Freepik.

CUATRO EJERCICIOS BÁSICOS

Tadasana: Con la espalda recta, sentado en la silla y con los pies apoyados en el suelo, comenzarás a relajar el cuello, llevando los hombros hacia atrás y hacia abajo para eliminar la tensión. Haz respiraciones profundas con cada movimiento. Una vez que hayas completado 15 repeticiones, estira tus brazos hacia arriba en línea recta estirando todo tu cuerpo. Mantén la postura durante un minuto y después bajarás los brazos hacia los costados.

Trikonasana: Manteniendo la postura inicial, coloca la mano derecha apoyada en el respaldo de la silla y la mano izquierda sobre el muslo derecho. Gira el torso hacia la derecha mientras inhalas. Es importante hacerlo mirando por encima del hombro. Mantén la postura durante seis respiraciones profundas y después cambia al lado contrario. Esta postura libera la tensión acumulada en la espalda baja y mejora la flexibilidad de la columna vertebral.

Ardha navasana: Con la postura inicial y los pies en línea paralela a la anchura de tus caderas, levanta las piernas lo más alto que puedas, intentando no doblar las rodillas. Esta postura, además de ayudarte a estirar todos los músculos de las piernas, es perfecta para comenzar a trabajar el abdomen. Mantén la postura durante tres respiraciones; relaja y repite seis veces.

Tabla lateral flexible: Para realizar esta ‘asana’ es necesario que te sientes con el cuerpo hacia un costado de la silla, a manera de que el respaldo te quede de reposabrazos. Coloca tu mano derecha en el respaldo de la silla y comienza a estirar el brazo izquierdo hacia arriba, estirando todo cuerpo hacia el lado derecho. Mantén la posición durante cinco respiraciones profundas y lentamente cambia de lado para repetir el ejercicio.

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