Cuatro advertencias verbales son el límite para que los soldados mexicanos utilicen la fuerza no letal, mediante bastones de madera, para protegerse de las muchedumbres en caso de riesgo, de acuerdo con documentos confidenciales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) filtrados por Guacamaya Leaks.
Estas acciones se contemplan en el “Protocolo de defensa no letal de personal militar ante agresiones masivas” –al cual Publimetro tuvo acceso–, donde también se establece que al identificar una amenaza inminente se debe agrupar a los elementos en formación defensiva, identificar y neutralizar a los líderes, impedir el aislamiento de los uniformados y actuar sobre los individuos más violentos mínimo por parejas.
La Sedena enlista cuatro líneas de seguridad en dicho manual de protección ante ataques de multitudes, en cada una hay voces de advertencia; además, las dos intermedias permiten el empleo de gas para disuadir a la gente.
- Línea 1 (25 metros de distancia): “Hagan alto, no avancen”.
- Línea 2 (15 metros de distancia): “Están ingresando al área de seguridad de las tropas, retroceda”. Hay permiso para usar gas lacrimógeno.
- Línea 3 (10 metros de distancia): “Su actitud pone en riesgo la seguridad del personal militar; si avanza, el personal militar hará uso de la fuerza”. Hay permiso para usar gas pimienta.
- Línea 4 (2 metros de distancia): “Un paso más y se hará uso de la fuerza. Última advertencia, retrocedan”.
Si la muchedumbre rompe la barrera de los dos metros, el protocolo autoriza la utilización de tres bastones de madera con el fin de “proteger la integridad física del personal militar”. Asimismo, pide a los soldados obtener evidencia gráfica y videográfica como medio justificativo de su fuerza no letal.
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Dichas armas son hechas con madera resistente y flexible. Ante las agresiones, la primera fila de defensa ocupa un “bastón largo” de 1.8 metros; la segunda un “bastón corto” de 1.2 metros; y la tercera un par de “bastones Kali” de 70 centímetros.
Por último, el documento confidencial de la Sedena especifica un trío de acciones previas: preparar a los militares en conocimiento de la psicología de masas –en eventos delictivos–; adiestrar en el empleo de los mencionados palos y en la integración de formaciones defensivas; y gestionar con autoridades civiles la dotación de dispensadores de aerosol de gas pimienta.
